XL Congreso Nacional y I Congreso Virtual de la semFYC - Valencia
del 15 de septiembre al 6 de octubre de 2020
Atención Primaria.
Cefalea. Vértigos. Tos.
Enfoque individual
Mujer, 56 años, fumadora de 30 cigarrillos/día desde hace más de 30 años, sin otros antecedentes de interés.
En los últimos tres meses acude más estrechamente a consulta por motivos diversos e inespecíficos.
Un episodio de cefalea retroocular derecha, intermitente, no irradiada, empeora con el decúbito lateral, sin diplopía, pérdida de visión, ni vértigos. Exploración neurológica estrictamente normal; se cataloga de cefalea tensional.
Al mes, inestabilidad con giro de objetos, sin acufenos ni hipoacusia. Exploración sugerente de vértigo periférico, tratado con sedantes vestibulares.
A las pocas semanas, disminución de agudeza visual en ojo derecho y tos seca sin expectoración de más de un mes de evolución, sin fiebre.
Se solicita radiografía de tórax y espirometría, identificándose estructura con efecto masa alrededor del cayado de la ácigos.
El día que acude a recoger los resultados de las pruebas, está ansiosa, intranquila y agitada, con inflamación y eritema en región torácica y facial, diciendo que cree tener una sinusitis. La derivamos a Urgencias del Hospital, donde ingresa para estudio, con diagnóstico de síndrome de vena cava superior.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Carcinoma de pulmón células pequeñas. Estadio 4B.
El síndrome de vena cava superior es el conjunto de signos y síntomas derivados de la obstrucción parcial o completa de la cava superior. Siendo los más habituales, edema en esclavina, circulación colateral, inyección conjuntival y cefalea.
En nuestro caso se llegó tarde al diagnóstico por la rareza de los síntomas manifiestos, sin tenerlo en cuenta como posible diagnóstico diferencial.
Tratamiento y planes de actuación
Ingreso hospitalario para estudio y tratamiento.
Evolución
Desfavorable, mala respuesta a quimioterapia.
El síndrome de vena cava superior se manifiesta en ocasiones a través de síntomas poco frecuentes como somnolencia, cefalea, acúfenos, sensación vertiginosa, dolor torácico, etc. Ante la inespecificidad de los mismos, no lo tuvimos presente como posible diagnóstico.
Por tanto, llegamos a la conclusión de que ante todo paciente fumador, con sintomatología inespecífica, que, además, como en el caso de nuestra paciente, son pocos frecuentadores, no podemos olvidarnos de un posible síndrome de vena cava, ya que el diagnóstico precoz del mismo es fundamental en el pronóstico y buena respuesta al tratamiento.