Cada vez son más los equipos de PADES que se encargan del control de síntomas de los pacientes oncológicos y no oncológicos. Sin embargo, también es competencia del médico de familia acompañar a nuestros pacientes con enfermedad crónica avanzada en el proceso de fin de vida en el domicilio; realizando un buen control de síntomas y tratando las necesidades espirituales.

Conjuntamente la gestora de casos, la dirección del centro y una unidad básica de salud, desde junio del 2018 disponemos en el EAP de bombas de infusión de 48 horas de duración. El primer candidato fue un paciente de 90 años, con enfermedad crónica avanzada, con múltiples descompensaciones en las últimas semanas que había requerido toma de antibiótico y corticoides orales sin mejoría completa entre crisis y que inició nueva agudización respiratoria. El paciente manifestó querer ser atendido en el domicilio y por su equipo referente como indicaba su plan de decisiones anticipadas realizado con anterioridad. Se explicó al paciente cual era su situación actual; se procedió a la retirada de medicación oral no efectiva en aquel momento e inicio de tratamiento de confort; colocando vía subcutánea y conectándose a la bomba; cargada con morfina, bromuro de hioscina y midazolam. Los días posteriores se fueron ajustando las dosis en función de las necesidades del paciente; dejándose rescates de medicación por si precisaba. El paciente fue exitus a los cuatro dias en el domicilio.

Las bombas de infusión son esenciales para administrar medicación de forma combinada  y sinérgica en enfermedades crónicas avanzadas tanto en atención primaria como en los equipos de PADES.

En los pacientes tributarios del uso de estos dispositivos, fomentar su existencia y manejo entre los compañeros del EAP es clave para aumentar el acompañamiento, a pie de cama,  por parte de los médicos de familia de sus pacientes.