Mejorar la capacidad funcional que tienen los pacientes mayores de 65 años (independientemente de su patología y de la capacidad funcional que tengan de base) que acuden a la consulta del médico de atención primaria y que realizan una consulta médica por otro motivo.

Se concretó cita con los pacientes que acudieron a su médico de atención primaria por otro motivo.

En una segunda consulta se realiza: una valoración inicial de los pacientes,  para determinar  qué ejercicios prescribir, y se realizan los tests:SPPB (batería reducida para la valoración del rendimiento físico), que consta de tres partes: Valoración del equilibrio, valoración de la marcha en 4 metros y la realización del test de “levantarse y sentarse”.En dependencia del resultado, se clasifica a los pacientes, en cuatro niveles: con limitación grave, con limitación moderada, con limitación leve, que andan menos de 30 min(minutos) y los que andan más de 45 min, y pacientes sin limitación. Además de cada grupo se observan los que tienen aumentado el riesgo de caídas.

Según el grupo al que pertenezcan, se adapta la intensidad, la frecuencia de repetición, y el tipo de ejercicio para: favorecer la flexibilidad, la fuerza muscular, la resistencia cardiovascular y el equilibrio.

El organigrama es el mismo todas las semanas, pues cada día de la semana habrá que realizar ejercicios del mismo grupo, estos tienen una progresión semanal, de forma que de semana en semana aumenta el nivel de los mismos, ya sea en tiempo, en número de repeticiones, o en el aumento del esfuerzo de realización.

Siguiendo estos sencillos ejercicios descritos, un anciano puede mejorar su capacidad funcional, así como evitar el síndrome de fragilidad y riesgo de caídas; y lo que en definitiva es el objetivo del programa que es mejorar la calidad de vida de todos los ancianos independientemente del deterioro funcional que tenga el anciano de base.