XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria

del 12 al 14 de junio 2014

Actividades de programas y secciones semFYC

Mesa del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud)

Moderador

Amando Martín Zurro

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Presidente del Organismo de Coordinación Estatal del PAPPS.

 

Ponentes y contenido

1. Cómo cambiar conductas en salud, y no morir en el intento

Francisco Camarelles Guillem

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Miembro del Grupo de Educación Sanitaria del PAPPS.

 

2. Crisis económica y salud mental

Francisco Buitrago Ramírez

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Miembro del Grupo de Prevención en Salud Mental del PAPPS.

 

3. El desafío de los cigarrillos electrónicos

Rodrigo Córdoba García

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Coordinador del Grupo de Educación Sanitaria del PAPPS.

 

Resumen

Las actividades de prevención y promoción suponen una parte significativa de la actividad de los equipos de Atención Primaria. Entre sus objetivos destaca el generar recomendaciones periódicas de prioridades y métodos preventivos en base a la mejor evidencia científica disponible.

 

Esta mesa pretende dar a conocer las principales novedades en prevención y promoción de la salud sobre temas de interés para la práctica clínica, así como dar respuesta a controversias planteadas sobre aspectos concretos de las actividades preventivas.

 


 

 

1. Cómo cambiar conductas en salud, y no morir en el intento

Existe amplia evidencia de la correlación entre determinados estilos de vida saludables y la disminución de la morbimortalidad por las principales enfermedades crónicas. Se estima que el 80 % de las enfermedades cardiovasculares, el 90 % de las diabetes mellitus tipo 2 y el 30 % de los cánceres se podrían prevenir siguiendo una dieta saludable, un adecuado nivel de actividad física y el abandono del tabaco1. Pero cambiar las conductas en salud no es fácil, y por ello desde el blog del Grupo Educación Sanitaria y Promoción de la salud del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud) hemos revisado los marcos conceptuales del cambio de comportamiento, cómo podemos intervenir para facilitarlo, y qué experiencias novedosas hay en este campo de la salud. Las actualizaciones se han ido publicando en el blog educacionpapps.

 

El Mago del comportamiento. Si queremos construir una cultura de salud en nuestra sociedad, lo primero que tendríamos que hacer es enseñar cómo funciona el comportamiento de las personas, y dejarnos de teorías no realistas sobre el cambio del comportamiento. Este ocurre cuando la persona es estimulada a hacer algo que quiere hacer y que es capaz de hacer. Para empezar, deberíamos centrarnos en personas que estén más motivadas y capacitadas para el cambio, creando nuevos hábitos y rediseñando el entorno. Más adelante, el campo se debería ampliar a personas menos motivadas. Es lo que propugna el sociólogo B. J. Fogg, que intenta darnos una comprensión más convincente de cómo ocurre el cambio de comportamiento2. Un aspecto interesante de su teoría es el concepto de «gatillos» (desencadenantes) de la conducta (trigger). «Hay que poner desencadenantes en el camino de las personas motivadas.»

 

The PRIME Theory3 nos dice que la motivación es algo más que nuestras razones para hacer las cosas. Incluye nuestras reacciones innatas, hábitos, impulsos, deseos, metas, planes, y más cosas. Esta teoría reúne lo que sabemos acerca de la motivación en un solo modelo. Su objetivo es mejorar nuestra capacidad de explicar, predecir e influir en el comportamiento. El acrónimo PRIME alude a P (plan mediante el cual hacemos cosas), R (respuestas que damos a nuestros impulsos), I (impulsos que desencadenan/inhiben comportamientos), M (motivos para los comportamientos), y E (evaluación que hacemos de nuestra conducta). A destacar en esta teoría su parte de cómo influye la imagen que tenemos de nosotros en el cambio de conducta en el futuro.

 

Los propósitos de cambio de conducta al empezar un año nuevo. Cambiamos de año y parece que iniciamos una nueva vida, una nueva época en la que siempre pensamos en lo que podemos cambiar para conseguir una vida más saludable. Ocho consejos nos pueden ayudar a alcanzar nuestras metas de cambio: establecer objetivos, pensar en cosas divertidas, integrar el cambio en la vida diaria, poner los objetivos en un papel, aliarse con personas que comparten objetivo, premiarse de vez en cuando, ser flexible, y evaluar lo que se va consiguiendo4.

 

Los consejos de los famosos. El consejo en temas de salud de los famosos o celebridades puede tener una influencia sustancial en las personas, y motivarles a adoptar nuevos comportamientos y modificar sus actitudes y creencias sobre temas de salud. Los famosos pueden promover y disuadir de conductas saludables, independientemente de que haya evidencia científica que apoye o contradiga sus consejos. Detrás de los consejos en salud de los famosos hay bases biológicas, psicológicas y sociales que explican su impacto y la confianza de la gente. Un reciente artículo, publicado en el British Medical Journal, analiza lo que se sabe sobre cómo las personas famosas pueden influenciar las decisiones en salud. Influyen en la salud porque dan credibilidad y diferencian productos e ideas sobre sus competidores. Los famosos transfieren sus atributos personales a los productos que patrocinan y usan su éxito social para aumentar la credibilidad de lo que proponen5.

 

Guía NICE 2014. En enero de 2014 se ha publicado la nueva Guía NICE 2014 sobre el cambio de conducta en salud con enfoque individual. La Guía hace un total de 17 recomendaciones dirigidas tanto a responsables sanitarios, como a profesionales sanitarios. Con respecto a estos últimos, destacan la importancia de usar las técnicas de cambio de comportamiento que se han demostrado eficaces cuando diseñemos intervenciones (reconocer los momentos en los que las personas pueden ser más abiertos al cambio, asegurarse de que el cambio de conducta se mantiene a largo plazo), la formación de los profesionales para cambiar conductas de salud, y la importancia de las intervenciones breves y del consejo de salud en la consulta, además de proporcionar intervenciones breves más largas e individuales intensivas6.

 

La rueda del cambio. Una nueva propuesta se presenta en el artículo The behaviour change wheel: A new method for characterising and designing behaviour change interventions. Los autores del artículo, tras analizar modelos explicativos anteriores, proponen una rueda del cambio del comportamiento que intenta ser un modelo más completo, coherente, aplicable y visual. En el centro de la rueda se sitúan tres condiciones esenciales para el cambio que interactúan entre ellas: la Capacidad, la Motivación y la Oportunidad. Para seguir armando la rueda del cambio los autores han hecho una revisión sistemática de los modelos que explican el cambio de comportamiento y han elegido las intervenciones más importantes7.

 

Los estadios de cambio de Prochaska y Diclemente. La teoría de los estadios de cambio de Prochaska y Diclemente sostiene que el cambio de conducta en salud responde a un proceso en el que cada persona pasa por varias fases a lo largo de un tiempo. Las personas se encuentran en una u otra fase en función del menor o mayor grado de motivación para la adopción de una nueva conducta en salud. Qué aporta la intervención según estadios de cambio ha sido motivo de estudio y una revisión Cochrane nos dice que las intervenciones de autoayuda basadas en estadios y la ayuda en formato individual para dejar de fumar no fueron ni más ni menos efectivas que sus equivalentes basadas en estadios. El valor adicional de adaptar la intervención al estadio de cambio del fumador es incierto8.

 

Como cambiar conductas de salud a golpe de hip hop. Cambiar conductas en salud puede ser divertido y bailable. Es la propuesta innovadora que nos hacen desde la organización Hip Hop Public Health (HHPH) estadounidense. Mediante la música se pueden transmitir mensajes de salud y fomentar en positivo los cambios de comportamiento9.

 

Intervenir para cambiar conductas no saludables en nuestros pacientes es efectivo y muy costo efectivo, y las intervenciones abarcan desde el simple consejo de salud hasta las más intensivas. Conocer teorías, y recomendaciones sobre cómo hacerlo, nos puede ser de ayuda. En el blog educaciónpapps vamos a seguir hablando de ello.

 

Bibliografía

  1. WHO. The World Health Report 2002. Reducing risks, promoting healthy life. 2002.
  2. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud (1): el Mago del comportamiento Educacionpapps [Blog Internet] . España. F Camarelles, 2013 diciembre. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2013/12/como-cambiar-conductas-de-salud-1-el.html8 (acceso abril 2014).
  3. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud (2): The PRIME Theory. Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2013 diciembre. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2013/12/como-cambiar-conductas-de-salud-2-prime.html (acceso abril 2014).
  4. Camarelles F. Ocho consejos para alcanzar tus metas en salud para el 2014. Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2014 enero. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2014/01/ocho-consejos-para-alcanzar-tus-metas.html (acceso abril 2014).
  5. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud (3): los consejos de los famosos. Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2013 diciembre. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2013/12/como-cambiar-conductas-de-salud-3-los.html (acceso abril 2014).
  6. Camarelles F. Cómo cambiar conductas en salud (4): la nueva guía NICE 2014. Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2014 febrero. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2014/02/como-cambiar-conductas-en-salud-4-la.html (acceso abril 2014).
  7. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud (5): la rueda del cambio. Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2014 febrero. Disponible en http://educacionpapps.blogspot.com.es/2014/02/como-cambiar-conductas-de-salud-5-la.html (acceso abril 2014).
  8. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud (6): los estadios de cambio de Prochaska y Diclemente Educacionpapps [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2014 marzo. Disponible en: http://educacionpapps.blogspot.com.es/2014/03/como-cambiar-conductas-de-salud-6-los.html (aceso abril 2014)
  9. Camarelles F. Cómo cambiar conductas de salud a golpe de Hip Hop. [Blog Internet]. España. F Camarelles, 2014 marzo. Disponible en http://educacionpapps.blogspot.com.es/2014/03/como-cambiar-conductas-de-salud-golpe.html (acceso abril 2014).

 

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2. Crisis económica y salud mental

La crisis económica actual, que se inició en 2008, está generando importantes consecuencias en la salud de las poblaciones, como anteriormente ha ocurrido en otros ciclos de recesión económica. Entendida la salud como un estado de bienestar físico, psíquico y social, dependiente de determinantes biológicos, ambientales, estilos de vida y servicios sanitarios, parece obvio que las poblaciones de los países que sufren las consecuencias sociolaborales de una crisis económica verán también afectadas diferentes parcelas de su salud y en particular de su salud mental, el área más sensible a los cambios económicos.

 

Una aproximación a la magnitud de la crisis en España puede inferirse de los siguientes datos. España presenta una tasa de población en paro próxima al 26 %, con más del 50 % de los menores de 25 años desempleados y con 1,8 millones de hogares con todos sus miembros sin trabajo. Solamente un 34,3 % de la población goza de plena integración social (porcentaje que era del 50,1 % en 2007), con un incremento del 82,6 % de las personas que viven bajo el umbral de la pobreza (unos 5 millones en la actualidad), siendo España, tras Rumania, el segundo país con mayor índice de pobreza infantil. El riesgo de pobreza, en menores de 18 años, fue del 29,9 % en 2012 (9 puntos por encima de la media europea) y tras Letonia y Bulgaria, es el país donde más ha crecido la desigualdad.

 

En cuanto a repercusiones sobre la salud, el análisis de datos agregados de estudios longitudinales y de series históricas señala que eventos como la mortalidad pueden disminuir cuando la economía decrece y aumentar cuando la economía crece. Una posible explicación es que las crisis financieras podrían favorecer conductas saludables (más horas de sueño y de tiempo libre para realizar ejercicio físico) y reducir conductas de riesgo (menor consumo de alcohol o tabaco), debido a la disponibilidad de menores ingresos o al aumento de los impuestos sobre estos productos. También en períodos de recesión económica disminuye el número de víctimas por accidentes de tráfico (por el uso de transportes más baratos o por un menor número de desplazamientos), lo que se traduciría, por ejemplo, en menores tasas de donación de órganos para trasplante1.

 

Sin embargo, son muchos los estudios que revelan las múltiples repercusiones negativas que las crisis económicas y sus resultados (desempleo, empleo precario sin derechos, recortes en las políticas sociales, etc.) generan en el bienestar de la población. En España, la crisis ha servido también como justificación para la promulgación del RD Ley 16/2012 «de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones», con cambios en el modelo sanitario, revisión de la cartera de servicios, introducción de nuevos copagos, exclusión de financiación de medicamentos, cambios en el modelo de gestión y recortes presupuestarios. Estos recortes sanitarios no son inocuos y redundan en un deterioro de la salud de los ciudadanos, con despidos de trabajadores, aumento de las demoras en Atención Primaria, incremento de las listas de espera quirúrgicas, de consultas de especialistas y pruebas diagnósticas, saturaciones en los servicios de urgencias, cierres de puntos de atención continuada, de horarios de tarde de centros de salud y un largo etcétera.

 

En lo relativo a repercusiones sobre la salud mental (entendida como la capacidad de amar, disfrutar, trabajar y tolerar-tolerarse), parece obvio que no es lo mismo disponer de un trabajo fijo que eventual, bien o mal remunerado, con o sin derechos laborales, adecuado a nuestras competencias profesionales o no. De hecho, la precariedad laboral y la pérdida de empleo constituyen uno de los principales factores de riesgo de problemas de salud mental (cuadros ansioso-depresivos reactivos, abuso de alcohol y otras sustancias, tabaquismo, distintos síntomas psicológicos y psicosomáticos en adultos jóvenes, trastornos del sueño, sentimientos de culpa, conflictos familiares, conductas disociadas, violencia doméstica e intentos de suicidio)2. Los parados tienen mayores tasas de mortalidad y prevalencia de problemas psicosociales, incluidos suicidios, que las personas con trabajo (34 vs 16 %), siendo menores los efectos negativos del paro en países con potentes sistemas de protección al desempleo (por ejemplo, el riesgo de problemas psíquicos se duplica en parados con subsidios y se quintuplica si no dispone de ellos3). También la inestabilidad laboral y el miedo a perder el trabajo y no encontrar otro generan estrés, con una intensa repercusión psicosocial.

 

El suicidio constituye la primera causa de muerte no natural en los países desarrollados y es una de las consecuencias más estudiadas de las crisis financieras. Un estudio realizado con datos de ocho países de la Unión Europea concluye que la mortalidad por suicidio ha aumentado en cinco de estos países, con los mayores incrementos en Eslovaquia (22,7 %) y Polonia (19,3 %)4. Otros estudios revelan que por cada 1 % de aumento del paro aumenta un 0,79 % la tasa de suicidios en menores de 65 años y un 0,79 % la tasa de homicidios, mientras que las muertes por accidentes de tráfico descienden un 1,39 %. Cuando el incremento del desempleo es del 3 % se produce un aumento del 4,45 % de los suicidios y del 28 % de las muertes por abuso de alcohol5-7. En España, en 2012 respecto a 2011, ha crecido un 12,2 % la mortalidad por trastornos mentales y del comportamiento y un 11,3 % el número de suicidios (con una tasa de 7,6 x 100.000 habitantes, la más alta desde 2005).

 

Otro resultado de la crisis en el ámbito de la salud mental en España ha sido el aumento de entre un 29 y un 48 % de la prevalencia de trastornos mentales en la población atendida en equipos de atención primaria entre 2006 y 2010, especialmente trastornos de ánimo, ansiedad, somatoformes y los relacionados con el consumo de alcohol, correspondiendo el mayor incremento a la depresión8.

 

Finalmente, la crisis económica también puede haber influido en la disminución habida en estos últimos 5 años de las denuncias sobre violencia de género en España, quizá por el aumento de la dependencia económica de la víctima respecto al agresor.

 

Los efectos de las crisis financieras sobre la salud son, por lo tanto, múltiples y variados, pero pueden mitigarse mediante factores de protección social. Los programas activos de reinserción laboral y de ayuda a las familias con dificultades económicas, los subsidios para los desempleados, las ayudas a la vivienda, y el mantenimiento de una atención sanitaria universal pueden prevenir algunos de los efectos adversos de las crisis económicas, especialmente la relación entre desempleo y suicidio, al mantener un alto grado de cohesión social. Sin olvidar que tener un empleo estable y adecuado a las competencias y características del trabajador es la mejor medicina que el Estado puede ofrecer a sus ciudadanos2.

 

Bibliografía

  1. Karanikolos M, Mldovsky P, Cylus J, Thomson S, Basu S, Stuckler D, et al. Financial crisis, austerity, and health in Europe. Lancet. 2013;381:1323-31.
  2. Espino A. Crisis económica, políticas, desempleo y salud (mental). Rev Asoc Esp Neuropsiq. 2014;34:385-404.
  3. Paul K, Moser K. Unemployment impairs mental health: meta-analyses. J Vocational Behav. 2009;74:264-82.
  4. Baumbach A, Gulis S. Impact of financial crisis on selected health outcomes in Europe. Eur J Public Health. 2014; doi: 10.1093/eurpub/cku042
  5. Stuckler D, Basu S, Suhrcke M, Coutts A, McKee M. The public health effects of economic crises and alternative policy responses in Europe: an empirical analysis. Lancet. 2009;374:315-23.
  6. Stuckler D, Basu S, Suhrcke M, Coutts A, McKee M. Effects of the 2008 recession on health: a first look at European data. Lancet. 2011;378:124-5.
  7. Chang S-S, Stuckler D, Yip P, Gunnel D. Impact of 2008 global economic crisis on suicide: time trend study in 54 countries. BMJ. 2013;347:f5239. doi: 10.1136/bmj.f5239.
  8. Gili M, Roca M, Basu S, McKee M, Stuckler D. The mental health risks of economic crisis in Spain: evidence from primary care centres, 2006 and 2010. Eur J Public Health. 2012;23:103-8.

 

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3. El desafío de los cigarrillos electrónicos

Introducción

El cigarrillo electrónico (e-cig) es un dispositivo alimentado por una batería recargable que contiene un mecanismo que funciona calentando un cartucho que libera dosis de vapor de nicotina. El mecanismo se activa mediante la inhalación sin mediar combustión por lo que no produce humo. Los cartuchos pueden ser de un solo uso o recargables, según modelos. En estos momentos hay más de 200 marcas en el mercado internacional y representan un volumen de negocio menor del 0,5 % del mercado de cigarrillos aunque es cierto que tiene incrementos anuales de hasta el 100 %. Se estima que el mercado de e-cigs podrá superar al de cigarrillos convencionales a lo largo de las próximas décadas si no se establecen regulaciones efectivas. Recientemente, el parlamento ha aprobado una regulación de estos productos que prohíbe su consumo en edificios públicos, centros sanitarios y educativos pero no en la hostelería, así como una regulación débil de la publicidad. La Comisión y el Parlamento europeos han aprobado una directiva, que no será efectiva hasta 2016 y que prohíbe la venta a menores y la publicidad pero deja abierta la posibilidad de regularlos como medicamentos, si cumple determinadas condiciones que de momento no se han dado.

 

Composición y riesgos de los cigarrillos electrónicos

Los fabricantes suelen admitir que contienen solución acuosa de nicotina con propelentes, humectantes y aromas. La nicotina es una droga extremadamente adictiva y también tóxica (se sigue usando en los invernaderos como potente insecticida antipulgón y debe manejarse con guantes y mascarilla). Los distribuidores anuncian en sus páginas web que 20 mg de nicotina de un cartucho de 1 ml equivalen a unos 16 cigarrillos. Se ha detectado mucha variabilidad en la cantidad de nicotina liberada, incluso dentro de la misma marca. Parte de esta variabilidad depende de la forma de inhalar, de la densidad del líquido y de otras variables. Los estudios experimentales revelan que las partículas del aerosol de los e-cigs se distribuyen por el árbol respiratorio de forma similar a los cigarrillos. La nicotina inhalada no es inocua puesto que supone el inicio o el mantenimiento de una adicción neuroquímica. La nicotina tiene efectos cardiovasculares nocivos, como el incremento de la frecuencia cardíaca. Varios estudios han revelado que después consumir cigarrillos electrónicos los niveles de nicotina en sangre y el aumento de la frecuencia cardíaca eran similares a los efectos de los cigarrillos convencionales. Recientemente se ha comunicado que la nicotina podría incrementar el riesgo de aterosclerosis. Estas acciones de la nicotina aumentan el riesgo de infarto de miocardio, arritmias y accidente cerebrovascular.Un estudio sobre su impacto en la fisiología pulmonar reveló que los efectos de los e-cigs a corto plazo son similares a los efectos perjudiciales de los cigarrillos convencionales y que causan obstrucción bronquial al menos a corto plazo. Contienen propelentes como el propilenglicol que no es carcinógeno pero sí una causa conocida de irritación ocular, respiratoria y asma infantil. Los distribuidores admiten que muchas marcas contienen como humectante dosis de glicerina vegetal nunca usada hasta ahora para ser inhalada hacia los pulmones. Se han detectado casos aislados de neumonía lipoide exógena por inhalación de glicerina. Diversas marcas contienen aromatizantes atractivos para los jóvenes cuyo riesgo no es la toxicidad en sí misma, sino su poder de atracción para captar a primeros consumidores. El vapor del cigarrillo electrónico contiene trazas de diversas sustancias tóxicas no declaradas por el fabricante. Algunas marcas liberaban cantidades detectables de N-Nitrosaminas, cancerígeno que también se encuentra en el humo de los cigarrillos convencionales, si bien en dosis 500 veces mayor. También se ha detectado en el vapor de los e-cigs trazas de metales pesados, como plomo, cromo, y níquel, similares a las encontradas en el humo de los cigarrillos, así como partículas de silicatos. Se sospecha que la fuente de estas trazas pueden ser los filamentos de la microrresistencia que calienta la solución de nicotina.

 

En cuanto a los efectos en la salud de los no consumidores de e-cigs expuestos a sus vapores, se dispone de estudios que muestran que en un ambiente cerrado donde se consumen e-cigs la concentración de PM2.5 (partículas finas en el ambiente) es entre 5 y 10 veces mayor que lo permitido por los estándares de salud (15 µg/m3) llegando a niveles de 70 a 140 µg/m3. La menor toxicidad de los e-cigs no los convierte en producto «saludable» ni en producto «milagro» para dejar de fumar.

 

Los cigarrillos electrónicos en la deshabituación del tabaco

La eficacia de los e-cigs para dejar de fumar no se ha demostrado científicamente. El último informe de la OMS recuerda que no hay evidencia científica consistente para apoyar el uso terapéutico de estos productos. Por otra parte, la OMS ha prohibido expresamente a los fabricantes que anuncien de forma engañosa este producto como una forma de tratamiento del tabaquismo. Por su parte, la FDA no considera estos productos como válidos para ayudar a dejar de fumar. Varios investigadores han señalado que las noticias de que estos cigarrillos reducen el riesgo, como informan algunas marcas, puede tener el efecto adverso de impedir el cese definitivo del consumo de tabaco o animar a los más jóvenes y a los exfumadores a probarlos al verse atraídos por los sabores y la falsa imagen de seguridad. Por otro lado, es evidente que el e-cig retiene al fumador en la dependencia gestual del cigarrillo.

 

Estamos asistiendo a un intenso debate sobre su utilidad en la reducción del daño favorecido por el márketing pero que ha contagiado a la comunidad científica. Los defensores de los e-cigs se han basado en el concepto de reducción de daño, pero la visión individual de este concepto no coincide con la visión poblacional. Entre los trabajos más fiables cabe destacar un estudio online, realizado en Reino Unido, Australia, Canadá y en Estados Unidos, que encontró una tasa de abandono de los cigarrillos del 31 % después de 6 meses de usar el e-cig pero dos de cada tres usuarios seguían inhalando nicotina después de ese período, por lo que solo un 10 % se deshabituó completamente. La prevalencia del uso de los e-cigs fue más elevada entre los jóvenes, los fumadores que no fuman a diario, con una renta más alta y que percibían el e-cig como menos dañino que el tabaco. También se vio, y esto es muy importante, que el 65 % o más de los usuarios hacen un uso «dual», es decir, que combinan cigarrillos tradicionales y electrónicos en un uso a largo plazo; en la mayoría de los casos sus usuarios no los utilizan para dejar de fumar. Es, por tanto, razonable y esperable que los promotores de estos productos, en la medida que aumente la competencia, no se conformen con ofrecer el producto a los consumidores de tabaco, sino que también lo hagan a los que nunca lo han consumido lo cual incluye a los menores de edad. La mayoría de usuarios son fumadores o exfumadores pero diversos estudios señalan que entre el 1,3 y el 14 % de los consumidores son individuos que nunca habían fumado previamente y en los que se puede considerar una «puerta de entrada» a la adicción en vez de una «puerta de salida».

 

Otro estudio reciente observó que a los 6 meses habían dejado de fumar el 7,3 % de los usuarios de e-cig y que este dato fue ligeramente mejor que el de los usuarios de parches. La muestra era insuficiente para determinar si las diferencias eran significativas por lo que los resultados no son concluyentes. Sin embargo, una revisión de la evidencia del Centro Cochrane que está en marcha podrá aportar más luz sobre este tema.

 

Referencia bibliográfica: Córdoba R. El desafío de los cigarrillos electrónicos. Aten Primaria. 2014. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.aprim.2014.01.002

 

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