XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Servicio de urgencias extrahospitalaria.
Cambio de color en la orina.
Enfoque individual
Antecedentes personales:
No AMC, no hábitos tóxicos.
Osteosintesis húmero izquierdo, gonartrosis, espondiloartrosis leve, bulboduodenitis erosiva e infección por Helicobacter Pylori en tratamiento pautado por digestivo con Omeprazol 40mg, Amoxicilina 1gr, Metronidazol 500mg y Claritromicina 500mg cada 12 horas desde hace 7 días.
Amnamnesis:
Varón de 54 años que consulta muy alarmado por cambio en la coloración de la orina, “cree que tiene sangre”, acompañado de discreta disuria de 4 días de evolución. Ha orinado en varios botes observando que cada vez es más oscura. No polaquiuria. No fiebre. No dolor abdominal.
El día previo acudió a su médico por misma sintomatología siendo diagnosticado de ITU. No se le realizó pruebas complementarias, ni se le pauto ningún tratamiento.
Exploración física:
Buena coloración de piel y mucosas. Abdomen anodino. PPRB negativa. Pene sin lesiones. Resto normal.
Pruebas complemetarias:
Combur test: sin alteraciones.
Enfoque familiar y comunitario
Inmigrante procedente de Marruecos. Sin barrera idiomática. Lleva 15 años residencio en España. Casado y con tres hijos. Trabaja en invernaderos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Pseudohematuria secundaria a Metronidazol.
Diagnostico diferencial:
Hematuria (Infección urinaria, cólico renal, glomerulonefritis, neoplasia, etc).
Tratamiento y planes de actuación
Se informa al paciente que uno de los fármacos que está tomando, Metronidazol, puede provocar cambios en la coloración de la orina sin ninguna repercusión renal. Y se le indicó que finalizara su tratamiento erradicador.
Evolución
Tras finalizar tratamiento, en días posteriores el color de la orina se normalizó y desapareció la disuria.
Existen causas no patológicas que pueden alterar la coloración de la orina, “pseudohematuria”, como fármacos (metronidazol, nitrofurantoína, cloroquina), alimentos (remolacha y arándanos), colorantes nitrogenados, laxantes, ejercicio extremo, deshidratación, etc. Es necesario reconocerlas para evitar un diagnostico erróneo que conlleve pruebas complementarias y tratamientos innecesarios.
El sencillo acceso al médico de familia, facilita la supervisión de tratamientos prescritos por médicos de otras áreas, y la detección de posibles interacciones, contraindicaciones o secundarismo de estos.
Resulta fundamental informar y tranquilizar desde nuestra consulta sobre los posibles efectos secundarios leves de algunos fármacos, y así evitar la no cumplimentación por abandono de los tratamientos.