XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Mujer de 65 años, acude a nuestra consulta por dolor lumbar intermitente y limitación de la movilidad de cadera izquierda con mala respuesta al tratamiento con AINE. Último episodio de 4 meses de evolución, que refiere de intensidad leve/moderada.
Enfoque individual
Alergias medicamentosas: primperan, diarreas con olmesartán.
Hábitos tóxicos: exfumadora.
Antecedentes personales: Hipertensión arterial previamente mal controlada, hipercolesterolemia, colon irritable y depresión.
Intervenciones quirúrgicas: Pterigeon.
Tratamiento habitual: Olmesartan/Amlodipino 40/5 mg (1-0-0), Atorvastatina 20 mg (0-0-1), Escitalopram 15 mg (1-0-0), Lormetazepam 1 mg (0-0-1).
A la exploración de columna lumbar no dolor a la palpación de apófisis espinosas ni musculatura paravertebral. Movilización de la espalda conservada en todos los rangos. Signo de Lassègue y Bragard negativos. No pérdida de fuerza ni sensibilidad de las extremidades inferiores con reflejos conservados. Deambulación punta-talón normal.
En radiografía de pelvis anteroposterior, se aprecian tres calcificaciones, con localización en zona posterior de cresta ilíaca derecha de tamaño 4,90 x 0,96 cm, una de mayor tamaño 10,86 x 1,91 cm con forma de lagrima ubicada posteriormente a cresta ilíaca izquierda y la última de menor tamaño 1,14 x 1,63 cm ubicada cercana a zona coxial, no presentes en radiografía previa hace 5 años.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio clínico: osificación heterotópica. Diagnóstico diferencial: miosotis osificantes, entesitis insercional.
Tratamiento y planes de actuación
Analgésicos de primer escalón y rehabilitación.
Evolución
Refiere mejoría funcional tras tratamiento. Posterior a resultados radiológicos reinterrogamos a la paciente en busca de posibles factores de riesgo y enfermedades en la infancia. Descubrimos que la paciente sufrió Leishmaniosis en su infancia que fue tratada mediante infiltraciones de soluciones con antimonio.
Tras el conocimiento de la enfermedad previa y sus antiguas intervenciones infiltrativas, nuestra sospecha primaria sería una miositis osificante por infiltraciones de antimonio. Pese a que no están descritas en ficha técnica, siempre hay que sospechar posibles efectos secundarios ante un cuadro clínico que no encaja en lo habitual.
Una correcta anamnesis, revisión de la historia clínica y, en el seguimiento, seguir indagando sobre posibles causas, es extremadamente importante en la práctica clínica. En algunos casos los antecedentes no están recogidos y requerimos de la memoria del paciente para ser conocedores de ellos, así como de revisar vademécum y literatura.