XXIII Jornadas de Residentes y V de Tutores de la semFYC
22 y 23 de noviembre de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Astenia.
Antecedentes personales: No alergias. Polinosis. Pólipo colon (adenoma serrado) extirpado. Hemorroidectomía.
Anamnesis: Mujer de 71 años con elevación de fosfatasa alcalina (242), enzimas hepáticas y bilirrubina normales, en analítica solicitada para estudio de astenia sin síndrome constitucional. No clínica de dolor abdominal ni signos de colestasis. No refiere dolor óseo.
Exploración física: sin hallazgos relevantes.
Pruebas complementarias:
Analítica a los tres y seis meses (tras retirada de productos de herbolario): Fosfatasa alcalina: 239 y 248, respectivamente. Resto normal.
Radiografía simple de columna lumbosacra: cambios degenerativos.
Se deriva a Reumatología, donde solicitan Gammagrafía ósea: aumento de actividad osteogénica difusa en teórica vértebra L4, sacro y articulaciones sacroilíacas bilaterales, compatible con enfermedad poliostótica de Paget.
Juicio clínico: Enfermedad Poliostótica de Paget
Diagnóstico diferencial: ante una elevación de fosfatasa alcalina lo primero a descartar es que se trate de un estado fisiológico (niños/adolescentes, gestación, consolidación fracturas). Posteriormente, valorar si se trata de una elevación de origen hepático u óseo. En el primer caso encontraríamos también una elevación de gamma glutamil trasnpeptidasa, siendo normal en el caso de nuestra paciente, por lo que orientamos el diagnóstico hacia un origen óseo. Dado que el estudio con radiografía simple no es concluyente, se solicita gammagrafía, que confirma el diagnóstico final de enfermedad de paget.
Derivación a Reumatología: Risedronato 30mg/ día dos meses, después suspender. Próxima revisión en tres meses.
La paciente refiere dolor lumbar mecánico ocasional leve. Pendiente de revisión en Reumatología con niveles de fosfatasa alcalina.
La enfermedad de paget ósea suele presentarse de forma asintomática, como hallazgo analítico (elevación de fosfatasa alcalina) o radiográfico (engrosamiento corticales, deformidades, aumento tamaño óseo, lesiones osteolíticas o escleróticas...). Cuando la radiografía no muestra cambios característicos de esta enfermedad, el estudio con gammagrafía puede ser de ayuda para el diagnóstico y valoración de la extensión de la afectación ósea.