XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Mordedura de un murciélago en un dedo de la mano.
Enfoque individual
Antecedentes personales: sin hábitos tóxicos y correctamente vacunada de la vacuna antitetánica.
Anamnesis: mujer de 38 años que acude a la consulta tras mordedura de un murciélago la noche anterior cuando intentaba capturarlo.
Exploración: presenta 2 áreas enrojecidas puntiformes separadas entre sí a nivel del pulpejo del tercer dedo de la mano derecha. Afebril.
Pruebas complementarias: no precisó.
Enfoque familiar y comunitario
Administrativa, aficionada a los deportes de montaña. Soltera, vive con sus padres. No tiene pareja. Clase social media.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La rabia aunque es una patología poco frecuente, conviene pensar en ella ante la posibilidad de transmisión de la misma a través de la mordedura de un murciélago. Me planteo la posibilidad de realizar una profilaxis post-exposición con vacunación antirrábica y/o administración de inmunoglobulina antirrábica. Conviene tener en cuenta el tipo de contacto con el animal sospechoso de rabia para categorizar la exposición.
Tratamiento y planes de actuación
En atención primaria se procedió a la limpieza de la herida con abundante agua y jabón y aplicación de povidona yodada al 10% y se prescribió cobertura antibiótica con Amoxicilina-Ácido clavulánico 500/125 mg. 1 compr. vo cada 8 horas durante 10 días. Se derivó al hospital de referencia para profilaxis post-exposición: administración de la vacuna antirrábica (5 dosis de 0,1 ml vía intramuscular los días 0-3-7-14 y 28 en el deltoides) + administración de la inmunoglobulina antirrábica humana (IGRH) (20UI/Kg. de peso), el 50% de la dosis se infiltra alrededor de la zona lesionada y el resto vía im. en el glúteo.
Evolución
Curación de la herida sin presentar síntomas de rabia en las semanas posteriores.
El pronóstico de la rabia es infausto si la infección llega a desarrollarse. En este caso, el médico de familia es básico para establecer una profilaxis post-exposición adecuada. La clave es determinar la gravedad de la exposición.