Comunicaciones: Casos clínicos

Morirse en el pueblo (sin defensa)


PRESENTACIÓN DEL CASO

A sus ochenta y pico, con dos válvulas y un marcapasos, era de poco molestar al médico, pero su hija se empeñó porque estaba demasiado cansada y triste, y una pastillita seguro la animaría. Y acabó en el hospital con 7 de hemoglobina, un tubo metido por la boca y un dolor sordo creciendo en el estómago. 
Le pidió a su médico de siempre que no la mandara más allí. No hacía falta que la dijeran lo que tenía allá dentro para saber que no podría con ello.


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL: JUICIO CLÍNICO, IDENTIFICACIÓN DE PROBLEMAS

Solo quería tener cerca a sus hijas y que alguien que la conociera bien se ocupara de ella. Su médico le dio su palabra, apuntó los números de sus teléfonos móviles y no faltó su llamada o su visita, o su mensaje de guasap, de esos modernos que le leían sus nietas, ni un solo día.

Su hija mayor lleva cuarenta años de enfermera en el hospital, toda la vida. Durante el corto ingreso no faltaron visitas: digestivos, oncólogos, cirujanos, todos amigos, todos opinando con la mejor intención hacia alguien “de la casa”. Pero ella se negó a todo, solo haría lo que le dijera su médico, el del pueblo.


DIAGNÓSTICO DEFINITIVO, EVOLUCIÓN Y TRATAMIENTO

La última visita fue la jefa de paliativos. Había un protocolo que cumplir y aunque su hija trató de rechazarlo de todas formas posibles, quedó concertada la primera cita. Cuando se lo contó al médico, estaba terriblemente angustiada: su madre había conocido los paliativos domiciliarios hacía muchos años, cuando falleció su prima, y ver todos esos extraños en su casa la hundirían psicológicamente. Pero le daba apuro y no se atrevía a anular la cita

El médico le prometió hablar personalmente con la paliativista que no quería dar su brazo a torcer: “se que eres muy comprometido, pero no siempre tenéis el tiempo…” Finalmente cedió a regañadientes.


DISCUSIÓN Y APLICABILIDAD

Desde entonces, la vista es de los mejores momentos del día, para ambos. Sentados juntos en el sillón, o al borde de la cama los días peores. Apenas un par de mensajes y una llamada en la larga agonía. La tristeza por marcharse es más difícil de tratar que el dolor del estómago o las náuseas, o el estreñimiento.


Comunicaciones y ponencias semFYC: 2024; Comunicaciones: Casos clínicos. ISSN: 2339-9333

Autores

Hervas Muñoz, Fatima
UNIDAD DOCENTE MFyC TOLEDO. TOLEDO
Mamani Quispe, Esteban
UNIDAD DOCENTE DE MFyC TOLEDO. TOLEDO
Calvo Rico, Raul
C.S. CAMARENA. CAMARENA (TOLEDO)