XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Determinar la posible asociación entre subtipo etiopatogénico de ictus isquémico, mortalidad y perfil de riesgo en mayores de 60 años
Estudio de cohortes con participación de 9 zonas básicas de salud y sus 2 hospitales de referencia. Se incluyeron 297 pacientes de 60 o más años hospitalizados por ictus isquémico, comprobado por radioimagen, en cuyo informe de alta constaba el subtipo etiopatogénico, según clasificación TOAST. Se consideró mortalidad por ictus la ocurrida en los 30 días posteriores al evento. Además de edad y sexo se registraron, a partir de la historia clínica informatizada de primaria, las siguientes covariables: ictus previo, cardiopatía, fibrilación auricular(FA), hipertensión, tabaquismo, obesidad, diabetes, dislipemia, demencia y cáncer. Para comparar las frecuencias de los distintos subtipos en función de la presencia o no de las covariables se utilizó la prueba de chi-cuadrado, considerándose significativas p<0.05. El paquete estadístico utilizado fue el spss, V19. Sólo se reportan resutlados crudos
La mayoría de ictus (127) se catalogaron como cardioembólicos (42,8%); ateroescleróticos 64 (21,5%); lacunares 7 (2,4%) y de causa indeterminada 99 (33,3%). La mortalidad no ajustada fue significativamente mayor (p=0,047) en ictus cardioembólicos (16,5%) que en arterioscleróticos (6,3%). El subtipo arteriosclerótico fue significativamente (p=0,014) más frecuente en varones (68,8%) mientras que el cardioembólico y el lacunar ligeramente más en mujeres (55,9% y 57,1%). Del resto de variables estudiadas sólo se asociaron significativamente, en análisis crudo, a un subtipo concreto: antecedente de ictus, mucho más frecuente en lacunares (71,4%), cardiopatía y FA, más frecuente en cardioembólico (29,1% y 86%) y tabaquismo, más frecuente en arterioscleróticos (31,3%)
El subtipo etiopatogénico de ictus a menudo es difícil de determinar. El subtipo cardioembólico parece asociarse a mayor mortalidad. Probablemente existen perfiles específicos de riesgo para cada subtipo, que requieren diferentes abordajes, tanto en prevención primaria como secundaria.