Comunicaciones: Casos clínicos

Muerte digna en urgencias, ¿es posible? (Póster)

Ámbito del caso

Servicios de urgencias.

Motivos de consulta

Bajo nivel de conciencia.

Historia clínica

Enfoque individual

Se trata de un varón de 97 años traído por el 061 al que avisan por bajo nivel de conciencia. Entre sus antecedentes personales figuran hipertensión arterial, dislipemia e hiperuricemia. Ha sido intervenido de cataratas y consta en la historia clínica que es dependiente para las actividades básicas de la vida diaria, haciendo habitualmente vida cama sillón. Entre sus tratamientos crónicos figura Alopurinol 100 y Nitrendipino 20, así como Simvastatina suspendida hace unos meses por su médico de cabecera.

Enfoque familiar y comunitario

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Los compañeros de urgencias extrahospitalarias objetivan en el electrocardiograma realizado en domicilio rachas de asistolia y bradicardia durante unos 15 minutos. Tras informar del mal pronóstico a la familia, se administran 3 ampollas de atropina y una perfusión de aleudrina procediendo a su traslado al hospital. A su llegada al servicio de urgencias el paciente presenta respiración agónica, con tiraje y empleo de musculatura accesoria, acompañado de estertores, respondiendo únicamente a estímulos dolorosos; presenta sudoración profusa impresionando de mal estado general.

Tratamiento y planes de actuación

Se administra cloruro mórfico y buscapina para alivio de la disnea; posteriormente se habla con la familia en uno de los box vacíos para explicar la situación actual y acordar la actitud a seguir decidiendo primar las medidas de comfort.

Evolución

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Conclusiones (y aplicabilidad para la Medicina de Familia)

Este caso plantea varios problemas éticos, empezando porque una sedación paliativa no es la mejor elección en un servicio de urgencias: hay pocos espacios adecuados así como escasa intimidad para comunicar. Además, es difícil individualizar el ritmo con el que damos la información al tratarse de situaciones críticas que, de por sí, exigen tomar decisiones con mayor celeridad. Por otro lado, hay discrepancias en la información facilitada a la familia y las medidas adoptadas; a esto debemos sumar que no se toman decisiones adecuadas al estado basal y pronóstico esperado para el paciente.

Es importante que los médicos recibamos formación para ello, ya que, cuando el ambiente no es el más adecuado, adoptar una actitud de empatía y de escucha activa, pueden ayudar a minimizar estas carencias.


Comunicaciones y ponencias semFYC: 2024; Comunicaciones: Casos clínicos. ISSN: 2339-9333