XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Atención Primaria y urgencias
Caso multidisciplinar
Paciente que acude por hipogastralgia y dolor testicular bilateral inespecífico de 3 años de evolución.
Enfoque individual
AP: Hombre, 36 años,No Ram, fumador de 5 cig/dia, intervenido hace 1 año de varicocele bilateral, insuficiencia venosa.
Anamnesis: El paciente ha acudido a múltiples urólogos por dicho dolor, a urgencias y atención primaria. Intervenido hace un año de varicocele, ha aumentado el dolor. No fiebre, no prostatodinia ni cistitis de repetición, no alteraciones abdominales, no antecedentes traumatológicos. Disfunción sexual ( no alteración en la erección).
Exploración: testes de tamaño y consistencia normal, normoposicionados en bolsa. Palpamos epididimos engrosados bilaterales no dolorosos. Cordones espermáticos normales, con dolor intenso a palpación en cordón espermático derecho. No palpamos sacos herniarios.
Pruebas complementarias:Ecografía escrotal y abdominal,RMN lumbar y pelvis y Análisis sanguíneo: sin hallazgos patológicos.
Enfoque familiar
El paciente vive sólo y está bien relacionado con su entorno. No tiene una relación de pareja estable porque su patología le ha provocado un sd depresivo asociado. No acontecimientos vitales estresantes.
Desarrollo
Tras valorar la clínica, pruebas complementarias y realizar diagnóstico diferencial con: problemas urológicos (cistitis , uretritis, prostatitis, orquiepididimitis), anorrectales (proctitis, fisura anal, hemorroides) Y neuromusculares (neuropatía pudenda, patología medular), planteamos como hipótesis que el paciente presenta dolor pélvico crónico
Tratamiento
Iniciamos tratamiento antidepresivo con duloxetina, y gabapentina.
Evolución
No evolucionó favorablemente por lo que se ha remitido a la unidad del dolor para valoración de colocación de tens suprapúbica, y está pendiente de electromiografía para, en caso de no mejorar, valorar tto con bloqueo nervioso.
El dolor pélvico crónico abarca gran número de presentaciones y afecciones clínicas. La etiología y la patogenia son, con frecuencia, difíciles de dilucidar. Para un tratamiento con éxito se requiere desde la consulta del médico de familia, de una anamnesis detallada, un examen físico minucioso y una actitud de precaución con el tratamiento, pasando desde el tratamiento menos perjudicial a procedimientos más invasivos según los algoritmos establecidos, y se debe contemplar la posibilidad de cirugía solamente cuando todas las demás opciones han fallado.
Dada la tendencia de estos pacientes a buscar soluciones fuera de la consulta, debemos saber tener esta patología presente en nuestro abanico diagnóstico.