XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria y urgencias hospitalarias, con posterior ingreso.
Varón de 80 años que consulta por tos con expectoración amarillenta y aumento de disnea habitual de 5 días de evolución. Afebril pero con intensa sensación distérmica esa madrugada. Sin otra sintomatología.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Fibrilación auricular permanente. EPOC. Ingreso previo un mes antes por neumonía en LSI y LMI.
Tratamiento domiciliario: Masdil, Pantoprazol, Ideos, Seretide, Sintrom, Seguril, Bisoprolol y Trangorex.
Exploración física: Afectación del estado general. COC. Taquipneico con tiraje subcostal. Pulsioximetría: 86%. AC: arrítmico, no soplos. AP: hipoventilación generalizada de predominio en los dos tercios inferiores bibasales con roncus y sibilancias en campos superiores. Resto sin alteraciones.
Pruebas complementarias:
Enfoque Familiar
No precisó.
Desarrollo
Dados los datos radiológicos y de laboratorio que descartan otras causas, se determina que el paciente presenta una neumonitis por amiodarona.
Tratamiento
Se suspendió el tratamiento con amiodarona y se administraron corticoides durante el ingreso con importante mejoría.
Evolución
Persistió la hipoxemia durante unos meses pero posteriormente presentó remisión completa del cuadro.
La toxicidad pulmonar por amiodarona se presenta en un 10-15% de los pacientes y es dependiente de la dosis y duración del tratamiento, aunque pueden manifestarse con dosis bajas. Habitualmente el cuadro se resuelve en unas semanas o meses con la suspensión del fármaco. En caso de retraso diagnóstico puede presentar una mortalidad del 10 al 23%.
Las características radiológicas son inespecíficas siendo el más frecuente un patrón intersticial de tipo reticular subpleural de predominio en bases.
El diagnóstico se realiza por exclusión de causas infecciosas, embolígenas, neoplásicas o cardiológicas (ICC).
El tratamiento principal es la suspensión del fármaco. En casos más graves pueden asociarse corticoesteroides de forma continua y durante largos periodos de tiempo (entre 6 meses y un año) para evitar recidivas.