XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Atención Primaria
Caso multidisciplinar
Varón de 17 años que consulta porque duerme mal desde hace años.
Enfoque individual
Antecedentes personales: sin interés.
Anamnesis: paciente que consulta a su médico de familia por problemas de sueño. Desde que duerme mal su rendimiento escolar ha bajado. Explica que duerme bien, pero que no puede dormirse antes de las 2 de la madrugada y que cuando se levanta para ir al instituto tiene mucho sueño por la mañana. Refiere que una vez dormido no tiene despertares ni pesadillas y que los fines de semana, que se puede quedar dormido hasta que se despierta espontáneamente, se despierta muy descansado y pasa el día bien. En la consulta surge una discusión entre él y su madre porque ésta le reprocha que no se duerme porque se entretiene con el ordenador. Ambos refieren que, desde que duerme mal, los conflictos entre los padres y él son frecuentes y que hace un año lo llevaron a Salud Mental donde fue diagnosticado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad, aunque la familia no quiso darle la medicación. Ante ésta clínica y tras consultar la bibliografía, sospechamos un síndrome de retraso de fase y lo derivamos al servicio de Neurología.
Exploración: general y neurológica normal. Escala de Goldberg:1, escala de Epworth: 0, escala de Atenas de insomnio: 5.
Pruebas complementarias: diario del sueño y actigrafía: muestra un horario de sueño retrasado.
Enfoque familiar
No procede.
Desarrollo
Juicio clínico: Síndrome de retraso de fase.
Diagnóstico diferencial: insomnio, mala higiene de sueño, alteración psiquiátrica.
Tratamiento
Higiene del sueño y melatonina 3mg, y si la evolución no es satisfactoria, fototerapia.
Evolución
Fue tratado con fototerapia y con melatonina sin mejoría. Actualmente sigue tratamiento con zolpidem 5 mg que toma ocasionalmente cuando la necesidad de rendimiento intelectual se lo exige, por ejemplo, la noche previa a un examen.
Es importante tener en cuenta este síndrome en el diagnóstico diferencial de los trastornos del sueño dado que podemos sospechar errónemanete en un problema conductual o en un trastorno por déficit de atención, tal como le sucedió a nuestro paciente, retrasando con ello una posible solución y prolongando el sufrimiento del paciente y sus familiares.