Enfoque individual

Paciente mujer de 60 años, con antecedentes de intolerancia a tramadol, rinitis alérgica, broncoespasmo, osteoporosis y varias fracturas óseas recientes tras caída accidental, entre ellas, fractura de peroné y calcáneo derecho. Consulta por lesiones cutáneas en el dorso de manos, que a la exploración se caracterizan por ser pápulas eritematosas no descamativas, no dolorosas ni pruriginosas.

En un primer momento bajo sospecha clínica de dermatomiositis, se decide iniciar tratamiento sintomático con corticoides tópicos, al que responde favorablemente, y observar evolución.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

La paciente reconsulta a las semanas por empeoramiento de las lesiones en manos y aparición de nuevas lesiones en mejillas y dorso de nariz. Al reinterrogarla sobre uso de nuevos productos de estética o fármacos recientes, refiere estar administrándose Heparina tras intervención quirúrgica reciente de extremidad inferior.

Ante empeoramiento de la clínica, se solicita analítica sanguínea para diagnóstico diferencial con LUPUS, se toman fotografías y se realiza interconsulta con dermatología.

Analíticamente destacan anticuerpos ANA positivos 1/320, antiDNA negativo y antiRNP positivo (400). La paciente es valorada por dermatología que inicalmente orienta como probable LES inducido por fármacos (heparina) y es derivada al servicio de Medicina Interna para completar estudio y abordaje terapéutico.

Tratamiento y planes de actuación

Desde Medicina Interna realizan capilaroscopia y biopsia de las lesiones, inician hidroxicloroquina y mantienen corticoides tópicos en brotes y completan estudio por sospecha más probable de enfermedad mixta del tejido conectivo (EMTC).

Evolución

Valoración y seguimiento de la paciente por Medicina Interna para completar estudio de confirmación. Mejoría de las lesiones cutáneas sin aparición de nuevas lesiones tras inicio de tratamiento.

Con este caso queremos destacar la importancia del seguimiento estrecho de lesiones cutáneas desde Atención Primaria, para poder observar su evolución y, en caso de sospecha de enfermedad sistémica como causa de las mismas, poder realizar un estudio completo con las pruebas complementarias pertinentes. Así mismo, se considera igual de importante, mantener un contacto estrecho con el especialista para compartir la toma de decisiones y actuar de forma que, en el menor tiempo posible, permita llegar a un diagnóstico definitivo para poder iniciar cuanto antes el tratamiento indicado y asegurar el control de la enfermedad con mejoría de la sintomatología del paciente y evitar posibles complicaciones irreversibles a largo plazo.