XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
ÁMBITO DEL CASO: Atención Primaria.
Bulto en ingle derecha.
Enfoque individual
Antecedentes personales: no ramc. No fumador ni consumo de tóxicos. Amigdalectomizado en 2015. Nacionalidad boliviana.
Anamnesis: varón de 24 años que consulta por bulto doloroso en ingle derecha de dos semanas de evolución y desde hace unos días también en región inguinal izquierda. Refiere además lesión no dolorosa en glande que comenzó hace 3 semanas coincidiendo con episodio de cólico nefrítico. No fiebre ni otra sintomatología.
Exploración física: buen estado general, afebril. Adenopatias dolorosas inguinales bilaterales y lesión ulcerada e indurada no dolorosa de 0.5 cm en glande.
Pruebas complementarias: bioquímica: colesterol 243, bilirrubina total 1.5 (directa 0.4), índice ictérico 2. Serología sífilis RPR positivo.
Enfoque familiar
Casado, padre de un hijo de 4 años. Esposa actualmente embarazada de 38 semanas.
Desarrollo
- La clínica y pruebas complementarias nos orientan hacia un diagnóstico de Sífilis primaria. Se reinterroga al paciente sobre parejas sexuales de riesgo en los últimos tres meses, que él niega, y se informa a la pareja del posible contagio y el agravante que ello supone en su estado de gestación.
- Diagnóstico diferencial: herpes genital, úlcera traumática, chancroide, linfogranuloma venéreo.
- Identificación de problemas: la infección por Treponema Pallidum puede ser transmitida verticalmente, por via transplacentaria, en cualquier momento de la gestación, y al menos dos tercios de los niños nacidos de madres infectadas no tratadas pueden estar afectos de sífilis congénita.
Tratamiento
- Se administra 1vial im de Penicilina G Benzatina 2400000 UI al paciente y a su esposa.
Evolución
- Se solicita serología a la esposa del paciente y se adjunta informe para que aporte de cara al parto al Obstetra y al Pediatra.
- Cuando el paciente consulta al profesional es importante recabar información de la familia, puesto que además de aportarnos nuevos datos de cara al diagnóstico, nos permite prevenir nuevos casos de enfermedad, quedando así patente una vez más que nuestra posición no es solo la de médico de cabecera, sino médico de familia.