XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Teniendo en cuenta que la demencia conlleva un importante sufrimiento familiar, queremos saber a quien le preocupa más este problema y, si el hecho de tener antecedentes en la familia, supone una mayor consulta.
Estudio descriptivo retrospectivo, en un centro de atención primaria de un área semi-urbana. Se realizan 215 entrevistas entre enero de 2015 y diciembre de 2018, en una consulta especifica de cribaje de deterioro cognitivo, existente en nuestro centro.
Se incluyen todos los pacientes con alguna queja de perdida de memoria y que pertenecen a nuestra área básica.
Se excluyen aquellos que no acudieron a alguna entrevista o que no pertenecían a nuestra área básica.
De los datos recogidos se seleccionan edad, sexo, nivel de estudios y, si tienen o no antecedentes familiares de demencia.
Se considera que tener antecedentes familiares y dar positivo en los test puede ser un sesgo dado el componente hereditario de la enfermedad.
Se valoran 215 pacientes, de los cuales 134(62,33%) eran mujeres y 81(33,67%) hombres. La media de edad era de 72 años con una desviación estándar de 10 años.
De estos pacientes, 96(44,65%) eran iletrados funcionales, 95(44,19%) tenían estudios básicos, 15(6,98%) bachiller o formación profesional y, 9(4,18%) estudios superiores.
No tenían antecedentes familiares 139 pacientes (64,65%) y sí, 76 pacientes (35,35%).
Los pacientes con alteración de algún test y antecedentes familiares fueron 37(33,33%) y, sin antecedentes, 74 pacientes (66,67%).
De los pacientes sin alteración de los test, 40 pacientes (38,46%) tenían antecedentes y, 64 pacientes (61,54%) no tenían.
Según estos resultados se observa que consultan más las mujeres con una edad próxima a los 72 años y un nivel educacional medio-bajo. Y aunque pudiera parecer lo contrario, no podemos decir que el hecho de tener antecedentes familiares de demencia conlleve una mayor preocupación.