XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Valorar los resultados de un índice de gravedad funcional (IGF) propio, basado en 3 indicadores (exacerbaciones totales, ingresos por EPOC y FEV1),en la cohorte Acinar-EPOC, obtenida a partir de datos poblacionales mediante un muestreo aleatorio simple.
Estudio de cohortes retrospectivo. En la base poblacional OMI-AP, se identificaron 900 pacientes EPOC confirmados a 31/12/2011.Las exacerbaciones y la mortalidad por todas las causas en 2012 fueron tratadas como variables dependientes. Como variable independiente se creó un IGF propio en escala cuantitativa discreta (rango 0-6) que se categorizó ordinalmente en leve/moderado/severo/muy severo. La categoría de menor gravedad fue tratada como categoría de referencia, obteniéndose Odds Ratios ajustadas(ORa)por edad y sexo, junto con IC95%.
Sobre el riesgo de tener dos o más exacerbaciones al año siguiente(fenotipo exacerbador),la capacidad predictiva del IGF propio, fue superior a cualquiera de las variables individuales. ORa IGF-categoría moderado 2,57;ORa IGF-categoría severo 5,20;ORa IGF-categoría muy severo 12,80.
En cuanto al riesgo de tener al menos un ingreso al año siguiente, la capacidad predictiva del IGF, fue asimismo superior,con un patrón dosis-respuesta (p tendencia lineal) significativo.
Sobre el riesgo de mortalidad, las categorías del IGF, también discriminaron el riesgo de mortalidad, con un patrón dosis-respuesta estadísticamente significativo.
Al introducir la insuficiencia cardiaca y la diabetes en el IGF, la capacidad predictiva tanto para ingresos (ORa IGF+comorbilidades-muy severo=40,55), como para mortalidad por todas las causas (ORa=20,05)fue muy superior a la del IGF sin ellas.
Al introducir las tres variables clínicas juntas (Exacerbaciones totales, ingresos por EPOC y FEV1)en un IGF propio ,se ha obtenido un aumento de la capacidad predictiva tanto para la predición del riesgo de exacerbaciones al año siguiente, como para ingresos por EPOC y mortalidad por todas las causas.
La incorporación de las comorbilidades (insuficiencia cardiaca y diabetes), aumentó la capacidad predictiva de ingreso y mortalidad, pero no la de exacerbaciones totales.