Estudio observacional longitudinal retrospectivo de las infiltraciones llevadas a cabo en la consulta del médico de familia referente de infiltraciones del Centro de Atención Primaria entre los años 2005 y 2018. Se incluyeron todos los pacientes mayores de 15 años a los que se administró entre 1 y 3 infiltraciones. Se excluyeron embarazadas o periodo de lactancia, sospecha de patología local asociada (infección, fractura, inestabilidad articular), duda diagnóstica o medida de la Escala Visual Analógica (EVA) inicial ≤ 3. Variables: Diagnóstico. EVA antes y 3 semanas después de cada infiltración. Análisis estadístico: Porcentaje de pacientes con mejoría clínica (diferencia EVA inicial-final ≥ 3 puntos y/o EVA final ≤ 3) por diagnóstico y género. Número de infiltraciones realizadas por diagnóstico hasta mejoría.

Se analizaron 654 procesos, 76,3% fueron en mujeres y la media de edad fue 64,0 años (desviación estándar [DE] 13,3). Hubo mejoría clínica en el 73,7% de casos (75,5% hombres; 73,2% mujeres). De los que mejoraron, el 38,8% recibieron 1 infiltración, el 39,2% recibieron 2 y el 22,0% recibieron 3. La media (DE) del número de infiltraciones fue: 1,9 (0,8) tendinitis supraespinoso; 1,9 (0,7) bursitis subacromial; 2,1 (0,8) hombro congelado, 1,8 (0,7) tendinitis bicipital, 1,7 (0,7) trocanteritis; 2,0 (0,7) entesitis de la pata de ganso; 2 (0,9) gonartrosis; 1,7 (0,8) epicondilitis; 1,2 (0,4) epitrocleitis; 2,0 (0,7) síndrome del túnel carpiano; 1,1 (0,3) tendinitis de Quervain; 1,7 (0,7) fascitis plantar; 1,3 (0,5) dedo en resorte; 1,8 (0,9) rizartrosis.

Las infiltraciones son efectivas para el tratamiento del dolor, en la mayoría de casos existe una mejoría tras administrar 1 o 2 infiltraciones.