XLI Congreso Nacional de la semFYC - Palma de Mallorca
del 7 al 9 de octubre de 2021
Enfoque individual
Hombre de 42 años que presenta nuevo episodio de lumbalgia de predominio izquierdo, que aumenta con la bipedestación y ciertos movimientos. Dolor en zona lumbar baja y sacroilíaca izquierda, con irradiación puntual a glúteo izquierdo. Exploración: apofisalgia a la palpación en L5-S1, rango de movimientos conservado, dolor en la extensión forzada. No alteraciones de fuerza ni sensibilidad y patrón de la marcha conservado.Enfoque familiar y comunitario
Vive con su mujer y dos hijos, trabaja de comercial. Episodios de baja de unos 10-15 días intermitentes en los últimos 2 años, con una frecuencia de 1-2 episodios cada 4-6 meses.Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Dolor lumbar de tipo mecánico, al que dado la cronicidad del proceso se le realizó una radiografía simple de columna lumbosacra. En proyección anteroposterior se visualizaba megaapófisis transversa de quinta vértebra lumbar, conocido como síndrome de Bertolotti, que condiciona una pseudoarticulación de dicha megaapófisis y el sacro. En el diagnóstico diferencial se tuvo en cuenta que las causas de lumbalgia suelen ser múltiples, combinando la presencia de anomalías anatómicas (escoliosis, sínd. Bertolotti, acortamientos musculares) y sobrecarga mecánica que genera artropatías precoces.Tratamiento y planes de actuación
Manejo inicial desde Atención Primaria. Por un lado, explicar al paciente las causas de su dolor, asumiendo la cronicidad del proceso. Primer escalón terapéutico con analgesia, fisioterapia y ejercicio tipo Pilates, que fortalece los músculos del tronco consiguiendo así estabilizar la columna. Si dicho escalón no fuese suficiente puede entonces plantearse derivar a Traumatología, donde pueden realizar desde infiltración de corticoides en la zona afecta, radiofrecuencia para la denervación de la pseudoarticulación o la resección de la misma, sin que ningún tratamiento sea de elección.Evolución
El paciente comenzó a realizar ejercicio diario, lo cual combinado con buenos hábitos posturales y fisioterapia periódica revirtió en una mejoría de la calidad de vida y del dolor, con uso puntual de analgésicos y descenso del número de bajas y duración de las mismas.