XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria
del 12 al 14 de junio 2014
ÁMBITO DEL CASO
Urgencias.
MOTIVOS DE CONSULTA
Varón de 30 años que acude por debilidad y alteración progresiva del nivel de conciencia.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Antecedentes personales: Monoartritis recurrente tobillo izquierdo de probable etiología gotosa (hiperuricemia no tratada). Toma por esto tandas de AINES durante una semana (última la semana pasada).
Anamnesis: Paciente traído por debilidad y alteración del nivel conciencia. 48 horas antes había padecido un dolor súbito en fosa renal izquierda, seguido de debilidad que impide deambulación y disartria.
Exploración: Disartria y claudicación de miembro superior derecho.
Pruebas complementarias: Analítica: leucocitos 20710 ml/mm, creatinina 14 mg/dl, urea 285 mg/dl; PCR 16. Sedimento orina: proteinas ++, sangre ++. TAC craneal: No se observan imágenes que sugieran la existencia de hemorragia intracraneal ni infarto isquémico. TAC abdominal: Dilatación aórtica de 4 cm, Ausencia de riñón derecho. Riñón izquierdo de tamaño disminuido. Resto normal.
Enfoque familiar
Es un caso de Urgencias.
Desarrollo
Juicio clínico: Fracaso renal agudo probablemente secundario a toma de AINES en paciente monorreno.
Diagnóstico diferencial: Ictus isquémico.
Identificación de problemas: A su llegada a Urgencias, como el paciente presentaba un déficit neurológico, se derivó a otro hospital para valoración por Neurología, conociendo ya el resultado analítico. Alli le realizaron pruebas innecesarias que retrasaron el verdadero diagnóstico y tratamiento. Volvió al cabo de las horas a nuestro hospital.
Tratamiento
Tratamiento: Hemodiálisis. Tratamiento antibiótico.
Plan actuación: Ingreso en UCI y posteriormente en Nefrología.
Evolución
Tras 17 días de ingreso, el paciente es dado de alta con furosemida 250 mg 1/24 h, alopurinol 300 mg 1/24 h, carbonato de sevelamero 800 mg 1/8 h, atenolol 50 mg 0,5 /12 h. Cita para sesiones de hemodiálisis.
CONCLUSIONES
La principal conclusión es que no debemos precipitar nuestro diagnóstico en Urgencias por el hecho de que el paciente esté grave y debamos ser rápidos, porque podemos provocar, como en este caso, el efecto contrario: enlentecer el diagnóstico y el tratamiento.
La segunda conclusión concierne al ámbito de Atención Primaria: no estaba tratado de su hiperuricemia sintomática ni se estana controlando, razón por la que él abusaba de AINES cada vez que sufría un ataque. Aunque no es lo habitual, dada la enfermedad congénita del paciente, esto provocó una consecuencia catastrófica.