XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Servicios Urgencias
Rectorragia
Enfoque individual
Mujer 80 años. HTA, dislipemia, fibrilación auricular, TEP en 2016 anticoagulada con sintrom.
Acude a Urgencias por dolor cólico de 12 horas de evolución y 5 deposiciones diarreicas con sangre fresca. Afebril. No vómitos. Exploración: T 37.5ºC, TA 136/78 FC 75lpm. Ligera palidez cutánea, AC arrítimca con soplo sistólico panfocal, AP MVC, Abdomen depresible, dolor en fosa ilíaca izquierda, sin signos de peritonismo, ruidos aumentados. Tacto rectal: restos hemáticos. No edemas.
Analítica: Bioquímica y hemograma normal, INR 2.5
Ecografía abdominal: compatible con colitis inespecífica en colon descendente
Enfoque familiar
Sin antecedentes familiares de enfermedades digestivas
Desarrollo
JC: Colitis isquémica
Diagnóstico diferencial con angiodisplasia, enfermedad diverticular, hemorroides internas
Tratamiento
Dieta absoluta, sueroterapia e ingreso hospitalario.
Evolución
Se realiza colonoscopia que apoya el diagnóstico de colitis isquémica y descarta otras causas de sangrado. Se toman biopsias que confirman la sospecha diagnóstica. Buena evolución tras sueroterapia sin necesidad de iniciar antibióticos. Sin nuevos sangrados. Alta tras 3 días de ingreso hospitalario.
La hemorragia digestiva baja ocurre cuando la lesión causal se sitúa por debajo del ángulo de Treitz. Supone un 25% de las hemorragias digestivas y tiene una elevada prevalencia. Además, en pacientes de edad avanzada puede conllevar una alta morbimortalidad. Entre las causas que debemos descartar en adultos mayores de 60 años se encuentran: angiodisplasia colónica, pólipos/cáncer, enfermedad diverticular o colitis isquémica; además de hemorroides y fisuras anales que son las más frecuentes independientemente de la edad. Debemos conocer estas patologías para poder orientar a nuestros pacientes en base a lo más probable, sobre todo cuando entre las pruebas complementarias necesarias hay procedimientos invasivos.
La colitis isquémica suele manifestarse como rectorragia con dolor abdominal tipo cólico, asociada a cambios en la consistencia de las deposiciones. Aparece fundamentalmente en pacientes de edad avanzada y con antecedentes de enfermedad arteriosclerótica. Debemos valorar siempre la severidad del sangrado y si existe repercusión hemodinámica. La colonoscopia precoz facilita el diagnóstico ya que permite tomar biopsias para despistaje de otras etiologías. La ecografía y el TAC abdominal pueden ser útiles para determinar signos indirectos y descartar complicaciones. El manejo inicial consiste en reposo intestinal, optimizar el gasto cardíaco y, en ocasiones, el uso de antibioterapia.