XXI Jornadas de Residentes y III de Tutores de la semFYC - Cáceres
10 y 11 de noviembre de 2017
Atención Primaria y hospitalaria.
Pérdida de visión con ojo izquierdo.
Enfoque individual
Varón de 41 años acude a Urgencias por pérdida brusca de visión con ojo izquierdo, donde se le diagnostica oclusión de arteria central de la retina, valorándose de forma urgente por cardiólogo. El paciente se encuentra estable desde el punto de vista cardiovascular, si bien se detecta en el ecocardiograma un aneurisma de aorta de 9 cm a nivel tubular, por lo que se programa cirugía de aneurisma.
Antecedentes personales: exfumador, intervenido de coartación de aorta en dos ocasiones en la infancia.
La exploración oftalmológica revela mácula muy destacada sobre retina pálida con aspecto de mancha rojo cereza, no visualizándose émbolo. Hemograma, bioquímica y coagulación dentro de la normalidad. AngioTC detecta aneurisma de aorta ascendente que se extiende desde la raíz hasta el origen del tronco braquiocefálico, con calibre máximo de 9,5 cm, válvula aórtica bicúspide con calcificación.
Enfoque familiar
Se encuentra en la etapa de formación del ciclo vital de la familia, vive con su mujer, dispone de apoyo sociofamiliar en la misma ciudad.
Diagnóstico diferencial
Juicio clínico: oclusión de la arteria central de la retina, aneurisma de aorta ascendente.
Diagnóstico diferencial con causas de pérdida brusca de visión: oclusión arterial retiniana, obstrucción venosa, neuritis óptica, hemorragia vítrea, desprendimiento de retina y uveítis posterior.
Identificación del problema: origen del émbolo que ocasionó la pérdida de visión, aneurisma con riesgo de disección y rotura.
Tratamiento
El paciente fue intervenido de aneurisma e insuficiencia aórtica con prótesis. Inicia tratamiento con Sintrom, bisoprolol y omeprazol. Deberá hacer profilaxis antibiótica de endocarditis en caso de cirugía. Objetivo de INR entre 2,5-3,5; vigilancia del ritmo cardiaco, función renal y trastornos iónicos.
Evolución
El paciente ha evolucionado hemodinámicamente a estar estable y sin incidencias. Realiza seguimiento por Atención Primaria y Cardiología.
Hay que realizar una visión integral de nuestros pacientes. En este caso fue fundamental la revisión cardiológica tras el episodio de oclusión de la arteria retiniana, haciendo posible una cirugía programada del aneurisma que evitó su ruptura. Es muy importante el control de los factores de riesgo cardiovascular, control de PA, siendo de elección los betabloqueadores. El tamaño del aneurisma mayor de 5 cm fue el predictor de expansión rápida y riesgo de ruptura.