XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Atención Primaria.
Enfoque individual
Mujer de 79 años con antecedentes a destacar de hipertensión arterial, asma bronquial y osteoporosis. En tratamiento habitual con Lisinopril 20 mg cada 24 horas (sin tratamiento activo para el asma ni osteoporosis). No alergias medicamentosas. Independiente para las actividades básicas de la vida diaria.
Acude a visita habitual del centro de salud por cuadro de prurito de predominio en miembros inferiores y dolor abdominal fluctuante de 3 meses de evolución. A la exploración física se encuentra hemodinámicamente estable, eupneica al aire, normofrecuente y normotensa. A la exploración abdominal no tiene dolor a la palpación, sin masas palpables y peristaltismo conservado. No se aprecian lesiones dermatológicas. No presenta náuseas ni vómitos ni cambios en el ritmo deposicional. No síndrome constitucional ni síntomas B. No alergias externas, no tiene mascotas ni contacto con animales salvajes. No viajes tropicales.
Se solicitó una analítica completa con perfil hepático y se inició tratamiento con analgesia convencional y antihistamínicos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En la siguiente visita de control el dolor abdominal había mejorado pero el prurito persistía por lo que se repitió analítica añadiendo IgE total, IgE schistosoma, IgE strongiloides y estudio de heces parasitológico.
El resultado fue positivo para estrongiloidiasis, además de un incremento de la eosinofilia 1101, sin otros parámetros a destacar.
Tratamiento y planes de actuación
Tras el diagnóstico se inició tratamiento con Ivermectina 3 mg calculando dosis por peso que en su caso eran 4 comprimidos en monodosis, solicitando una visita para control evolutivo y analítica de control en 6 meses. En la analítica inicial cabía destacar una eosinofilia de 866, perfil hepático en rango, sin ninguna otra citopenia ni otro parámetro a destacar.
Evolución
A los 2-3 días del tratamiento con Ivermectina disminuyó progresivamente el prurito hasta desaparecer y en la analítica de control a los 6 meses se negativizó el IgE Strongiloides y disminuyó a la mitad la eosinofilia.
Como conclusión, cabe destacar la importancia de realizar una anamnesis de forma estructurada junto con una exploración física ordenada para poder plantearse los diferentes diagnósticos diferenciales, solicitar pruebas complementarias si precisan para conseguir el diagnóstico correcto e iniciar el tratamiento oportuno si se precisa.