XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Ámbito rural.
Náuseas y mareos.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Obesidad tipo II. Diabetes Melitus tipo II de 8 años de evolución con controles aceptables, hipertensión y displipemia.
Tratamiento habitual: Pantoprazol (40mg/24h), Torasemida (10mg/24h), Fenofibrato-Pravastatina (40-160mg/24h), Dapagliflozina-Metformina hidrocloruro (5-850mg/24h).
Anamnesis: mujer de 63 años con sintomatología de nauseas y mareos de dos horas de evolución. Afebril. Polaquiuria con sensación de micción incompleta, sin disuria; sensación distérmica; no otra sintomatología.
Exploración física: TA 110/80mmHg, Glucemia 217mg/dL, Tª36.4ºC. Buen estado general. Normohidratada, palidez mucocutánea. Ascultación cardiopulmonar normal. Abdomen globuloso, doloroso en hipogastrio. Murphy y Blumberg negativos. Puño percusión renal derecha positiva.
Pruebas complementarias: tira reactiva de orina: leucocitos ++, nitritos -.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio clínico: pielonefritis aguda. Dado el antecedente de diabetes de la paciente planteamos como diagnóstico diferencial la pielonefritis enfisematosa. Es una entidad que suele cursar con una clínica más acusada que la presentada y su diagnóstico es complicado en ausencia de pruebas de imagen como ocurre en el ámbito rural.
Tratamiento y planes de actuación
Se pauta tratamiento domiciliario con cefuroxima (500mg/12h) y analgesia. Se recomienda a la paciente ser revisada por su médico de atención primaria en 24 horas y que en caso de no ceder la clínica o empeoramiento de la misma consulte de nuevo.
Evolución
Posteriormente empeora la clínica, por lo que es derivada al servicio de urgencias hospitalario para realizar pruebas complementarias. Se realiza analítica sangínea, radiografía simple de abdomen y TAC, siendo diagnosticada de pielonefritis enfisematosa.
La pielonefritis enfisematosa es una entidad poco frecuente que hay que sospechar en todo paciente diabético con pielonefritis aguda y tórpida evolución. En estos casos, es necesario la realización de pruebas de imagen: radiografía simple de abdomen, ecografía o TAC abdominal. Ante la ausencia de las mismas en el ámbito rural es primordial observar la evolución en las siguientes horas y la información correcta al paciente sobre las posibles complicaciones.