Atención Primaria.
Mujer de 53 años que consulta por dificultad para la visión cercana iniciada durante el confinamiento por la pandemia SARS-CoV-2.
Enfoque individual
Sin hábitos tóxicos. Estudios secundarios. Hipermetropía desde la infancia, corregida con gafas. Trastorno Adaptativo en tratamiento con sertralina 50mg/día, venlafaxina 150mg/día y diazepan 5mg/día.
Una sobrecarga laboral a comienzos del 2019 dificultó su trabajo, provocándole ansiedad; diagnosticada de Trastorno Adaptativo, ha seguido controles por psiquiatría. Durante el confinamiento por la pandemia en 2020, empezó a teletrabajar, solicitando a los pocos meses la incapacidad laboral temporal al no poder ver nítidamente ni la pantalla ni el teclado del ordenador.
Valorada por oftalmólogo, se le diagnostica presbicia sin encontrarse justificación a sus quejas visuales.
En las sucesivas visitas requeridas para el seguimiento de la baja médica, se evidenció un progresivo deterioro cognitivo (problemas de memoria episódica).
Ante la sospecha de demencia se solicitó analítica que no evidenció alteraciones y resonancia magnética craneal que demostró una atrofia bilateral parieto-occipital. Derivada a neurología, se realizaron dos estudios: uno neuropsicológico que demostró un deterioro cognitivo moderado principalmente de función mnésica y ejecutiva, y otro de biomarcadores en líquido cefaloraquídeo que arrojó un perfil bioquímico compatible con Enfermedad de Alzheimer.
Enfoque familiar y comunitario
No procede.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La deficiencia visuoperceptiva y visuoespacial en ausencia de patología oftalmológica y el estudio de neuroimagen que mostraba una atrofia bilateral parieto-occipital, todo ello en el contexto de una Enfermedad de Alzheimer concluyó el diagnóstico de Atrofia Cortical Posterior.
Diagnóstico diferencial: otros tipos de demencia
Tratamiento y planes de actuación
Se inició tratamiento con rivastigmina y estudio genético, todavía pendiente de resultados.
Evolución
Tras dos años de incertidumbre, el llegar a un diagnóstico y el conocimiento de la naturaleza degenerativa de la enfermedad, facilitó la aceptación y adaptación entre la paciente y su entorno más cercano.