13-14-15 de noviembre de 2025
Atención Primaria y atención hospitalaria.
Hombre de 70 años, acude a su médico de atención primaria por dolor y aparición de ampollas en plantas de ambos pies.
Enfoque individual
Al preguntar por posibles causas, nos comenta que ha comenzado con quimioterapia hace varias semanas tras recidiva de su cáncer de colon.
En la exploración física presenta, en ambas plantas de los pies, eritema, zonas hiperqueratosicas, callosidades, que en días evolucionaron a ampollas dolorosas y limitan la movilidad del paciente.
Enfoque familiar y comunitario
Efecto adverso frecuente que en los casos leves se puede prevenir y tratar en centro de salud; una vez visto en consulta, nos tiene que ayudar a prevenirlo y reconocerlo ante mónimos síntomas y/ o signos en próximos pacientes.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
El síndrome mano-pie se sospecha con la aparición de lesiones cutáneas en las primeras 4 semanas tras inicio de tratamiento quimioterápico, la suspensión del mismo y la mejoría clínica, apoyan el diagnóstico.
El diagnóstico diferencial se debe hacer con: Pénfigo Vulgar, Penfigoide, queratodermia palmo-plantar.
Tratamiento y planes de actuación
Se puede prevenir y tratar en atención primaria, eliminando callosidades, evitando los puntos de presión y elementos que rozan, llevando zapatos bien acolchados, usando cremas hidratantes; en las casos graves, hay que considerar la interrupción temporal y/o disminución de dosis; así es posible aliviar los síntomas continuando con una terapia efectiva.
Evolución
Evolución es favorable en la mayoría de los casos con medidas preventivas y el uso de cremas hidratantes. Sin embargo, hay casos graves o que evolucionan de forma desfavorable, en los que hay que derivar al especialista, para considerar suspensión temporal y/o disminución de dosis.
El Síndrome mano-pies es una reacción adversa relacionada con algunos quimioterápicos, se desarrolla en las primeras 2–4 semanas de inicio del tratamiento; en la piel donde hay presión o fricción; en los casos leves o moderados aparece enrojecimiento, hinchazón, hormigueo, tirantez, callos gruesos y ampollas en las palmas de las manos y las plantas de los pies. En los casos graves, se produce agrietamiento de la piel o descamación, ampollas, ulceras, dolor intenso y dificultad para caminar o usar las manos.