XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria
del 12 al 14 de junio 2014
OBJETIVO
Analizar la prevalencia, clasificación diagnóstica, vía de contagio, manejo y seguimiento clínico de la hepatitis B (VHB) y hepatitis C (VHC) en Atención Primaria.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio descriptivo restrospectivo en dos centros de salud urbanos con una población asignada de 80.000 habitantes. Análisis de los códigos diagnósticos de enfermedades hepáticas víricas agudas y crónicas en la historia clínica informatizada. Se procedió a la validación y verificación del diagnóstico por medio de auditoría de la historia clínica tanto de los registros de Atención Primaria como del hospital de referencia. Se recogieron variables epidemiológicas, clínicas y biológicas. Análisis estadístico: nivel de significación estadística del 5%, utilizando el paquete estadístico R versión 2.12.0 para Windows.
RESULTADOS
Se identificaron 1020 pacientes con códigos diagnósticos de enfermedades hepáticas víricas: 572 pacientes(56%) fueron excluidos por presentar un diagnóstico de hepatopatía crónica no vírica. Se verificaron 448 pacientes(44%) con hepatopatía vírica (edad media 61,0±16,4 años); 216(48,2%) mujeres, con un seguimiento medio de 12,7 +/- 9,7 años, y la siguiente clasificación diagnóstica: 3(0,7%) VHB-aguda, 60(13,4%) VHB-crónica, 3(0,7%) VHC-aguda, 229(51,3%) VHC-crónica y 153(34,1%) otras hepatitis víricas. La prevalencia de VHB fue del 0,39%(IC95 0,33%-0,45%) y 0,66% (IC95 0,59%-0,74%) para VHC. En 30/178(16,8%) se observa coinfección por virus de HIV. En 379 (84,6%) no se registra la vía de transmisión. De los pacientes disponibles, la transfusión representó la vía de transmisión en 34(49,3%). En 56(15,5%) consta tratamiento con interferon o antiviral. En 269(62,4%) pacientes el seguimiento es compartido con especialistas de Digestivo. En 260(58%) se dispone de seguimiento ecográfico y en 50(11,2%) se dispone de TAC/RM. Durante el seguimiento, se observa evolución a cirrosis en 67(21,6%) pacientes y hepatocarcinoma en 8(2,6%).
CONCLUSIÓN
Existe un importante número de pacientes con diagnóstico erróneo de hepatitis. El manejo protocolizado y compartido entre niveles asistenciales de estos pacientes permitiría la curación de algunos casos.