XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria
del 12 al 14 de junio 2014
ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar en el que participan atención primaria y obstetricia.
MOTIVOS DE CONSULTA
Gestante asintomática que consulta por sospecha de patología infecciosa en su pareja, por lesión genital no filiada.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Antecedentes personales: no alergia a medicamentos conocida. Talasemia minor y asma bronquial. No hábitos tóxicos.
Anamnesis: gestante de 26+6 semanas de 24 años de edad, asintomática, que acude a consulta refiriendo que su pareja presenta desde hace un mes lesión en glande ulcerada no dolorosa y adenopatía inguinal unilateral, actualmente en estudio.
Exploración: adenopatías inguinales bilaterales, resto de exploración(incluyendo genitales) normal.
Pruebas complementarias: analítica con serología positiva para sífilis activa: titulo micro hemagglutination for treponema pallidum (TPHA) y rapid plasma reagin (RPR) positivo, y negativo para virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Ecografía fetal y registro cardiotocográfico normal.
Enfoque familiar
Familia nuclear en la etapa I (formación, pareja que espera un hijo), fase centrípeta del ciclo vital familiar. Red social y apoyo emocional por parte de sus progenitores. Acontecimientos vitales estresantes: cambio de residencia y problemas de pareja.
Desarrollo
El diagnóstico diferencial comprende varias entidades de transmisión sexual: herpes genital, chancroide, sífilis y linfogranuloma venéreo.
Se diagnostica de primoinfección por sífilis por seroconversión tras contacto sexual con su pareja, que reside en el extranjero.
Tratamiento
Penicilina G benzatina intramuscular en atención primaria y controles analíticos con serología de sífilis y VIH. Derivación a ginecología para descartar sífilis congénita.
Evolución
Seguimiento multidisciplinar con descenso de títulos de sífilis en controles posteriores, sin afectación fetal. Parto sin incidencias.
CONCLUSIONES
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual en auge, con importantes implicaciones en el embarazo, precisando de un cribado en el primer trimestre y un seguimiento estrecho ante la sospecha de posible contagio durante el desarrollo del mismo.
El médico de familia presenta un papel esencial por la atención longitudinal que presta a sus pacientes, en especial en el manejo del embarazo, adquiriendo los conocimientos y habilidades necesarios para abordar las posibles patologías que puedan surgir, y una continuada colaboración con los servicios de obstetricia.