XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Detectar opiniones, creencias y percepciones sobre soluciones en Tecnología de la Información y Comunicación (TIC) aplicadas a la salud en profesionales sanitarios de diferentes especialidades que atienden a pacientes afectados de Enfermedades Raras (ER).
Metodología cualitativa, análisis del discurso. Atención Primaria. Grupo médicos que atienden a pacientes y familias afectados de ER. Grupo de discusión: 8 personas; 90-120 minutos. Grabación en soporte digital y transcripción literal con análisis del discurso. Muestreo intencional; criterios de de homogeneidad /heterogeneidad: profesionales implicados en la atención de pacientes con ER/ diferentes especialidades (genetista, pediatras, internistas, neurólogo, médicos de familia) sexo, edad, tiempo de ejercicio profesional. En cada sesión se agotó el guión y se finalizó al aparecer elementos discursivos repetidos.
En los discursos de los profesionales, la idea central es la tecnología como medio (no un fin) para articular un modelo organizativo en el que paciente y cuidador sean los elementos centrales de la atención sociosanitaria, que debería tener como referente al médico de familia, coordinado con el especialista, siendo la tecnología facilitadora de la interrelación entre todos los actores. La cuestión crítica para el personal médico radica en los cambios organizativos necesarios para una atención a distancia más personalizada. Reconociendo las mejoras que los avances tecnológicos aportan en la gestión de agendas, en el manejo e intercambio de la información sanitaria, en la coordinación de servicios y en la continuidad asistencial, destacan también efectos adversos: mayores exigencias de un paciente más informado, incremento del gasto por segundas opiniones, trabajo de filtro informativo. Subyace un temor a la pérdida de poder /autoridad y una cierta resistencia de avance hacia un modelo más simétrico de relación médico-paciente. Respecto a la telemedicina hay cierto escepticismo; las expectativas son más teóricas que prácticas y faltan estudios de eficiencia; la cuestión de fondo es la necesidad de cambiar el modelo organizativo y los procesos clínicos.