XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención Primaria
Caso multidisciplinar.
Molestia y quemazón de boca de 8 meses de evolución.
Enfoque individual
Antecedentes Personales: bocio multinodular normofuncionante, fibromialgia, osteoartrosis, osteoporosis, ictus, síndrome depresivo, gastritis crónica con Helicobacter pylori positivo.
Anamnesis: mujer de 78 años con dolor, quemazón de lengua, labios y boca. Pastosidad, sequedad y disgeusia. Después de peregrinar por dentistas, disgestologos, salud bucodental y dermatólogo siempre termina en nuestra consulta. Tras tres terapias Helicobacter, varias tandas antimcoticas, vitamina B6 y hierro no mejora.
Exploración física: lengua depapilada y mucosas queratinizadas eritematosas que tras terapias antimicóticas desaparecen, permaneciendo boca sin lesiones ni alteraciones dentales ni protésicas.
Pruebas complementarias: primeros cultivos positivos para Cnadida negativizandose después. déficit de hierro y vitamina B6 que se corrigen con tratamiento. Test del aliento negativo tras tercera terapia, sialometria negativa y autoinmunidad y resto bioquímica normal. Pruebas epicutáneas pendientes de realizar.
Enfoque familiar
Viuda. Vive sola. Tiene 3 hijos en conflicto con uno de ellos. Nivel socioeconómico medio. Pobres relaciones sociales.
Desarrollo
Juicio clínico: Síndrome Boca Urente (SBU).
Diagnóstico diferencial: Candidiasis oral, Síndrome Sjogren, Diabetes, Deficiencia nutricionales, galvanismo, maloclusion mandibular.
Identificación de problemas: Tras corregir todas las posibles causas, nuestra paciente sigue con sintomatología sin alteraciones objetivables en mucosa ni enfermedades locales o sistémicas. ¿Qué hay detrás? Una etiopatogenia poco conocida y probablemente multifactorial con un componente neuropático y psiquiátrico a tener en cuenta.
Tratamiento
Tratamiento: Informar y empatizar. Terapia tópica: capsaicina, tabasco, sialogogos. Terapia sistémica: Antidepresivos tricíclicos a dosis bajas, ISRS, antidepresivos de acción dual, antipsicóticos, benzodiacepinas, Neurolépticos (gabapentina 300-1600mg/día), ácido alfalipoico 600mg/día, terapia cognitivo-conductual.
Planes de actuación: imprescindible que la paciente entienda y acepte el diagnóstico y las expectativas reales de curación. Establecer una buena alianza médico-paciente.
Evolución
Tras ajuste ISS e incrementar el tiempo de escucha y empatía, la paciente sobrelleva mejor la enfermedad sin sentir esa angustia vital.
La etiología compleja y multifactorial del SBU nos supone todo un reto para manejar estos pacientes. Una vez descartadas todas las posibles causas, el cimentar una buena relación médico-paciente, con el tiempo y dedicación que conlleva, es pilar fundamental en el tratamiento que contribuye a sentirnos menos frustados y aliviar, disipar los miedos de nuestros pacientes con su consiguiente mejora clínica.