Ámbito rural, Servicios de Urgencias extrahospitalarias y hospitalarias. 

Comportamiento extraño.

Enfoque individual

Hombre de 66 años que vive solo en una aldea de 50 habitantes siendo, hasta ese momento, independiente para las actividades básicas de la vida diaria. Como antecedentes personales únicamente destaca consumo perjudicial de alcohol y dislipemia.

Su hijo, el cual vive en la ciudad más próxima a 60 km, le trae al Servicio de Atención Continuada refiriendo comportamiento extraño de su padre. Comenta haber percibido fallos de memoria y enlentecimiento en el habla. Además, episodios de desorientación, inestabilidad de la marcha e incontinencia de esfínteres. Estos síntomas han ido instaurándose de forma subaguda en los últimos meses, pero se han hecho más acusados en el último mes, habiendo sido notificados tanto por el hijo (que le visita quincenalmente) como, sobre todo, por la vecindad que mantiene un contacto diario con el paciente. Esta mañana varios vecinos de la aldea le han alertado de que vieron dormir a su padre al aire libre en el huerto de enfrente de casa.

A la exploración, destaca marcada bradipsiquia, bradilalia, desorientación temporoespacial y labilidad emocional. Además, leve hemiparesia derecha braquiocrural junto con marcha insegura con pasos cortos.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Dada la anamnesis y la exploración patológica se decide traslado a hospital de referencia para ampliar estudio con pruebas complementarias. Se solicita TAC craneal informado como «masa frontal izquierda de 5,6 x 5,1 x 5,1cm extraaxial sugestiva de meningioma, con importante efecto masa asociado y desviación de la línea media de 1cm».

Tratamiento y planes de actuación

De forma urgente es valorado por el servicio de Neurocirugía quienes realizan craneotomía frontal y exéresis del meningioma sin incidencias.

Evolución

La intervención transcurre sin incidencias, recuperando su situación basal previa en el transcurso de un mes. 

Este caso clínico, en el que son los vecinos de una aldea los que se percatan de la alteración en el comportamiento del paciente, pone de relieve la participación que tiene la comunidad en la salud individual. Esto toma especial importancia en pacientes con núcleos familiares disgregados y ante la creciente prevalencia de personas mayores que viven solas. Gracias a la comunidad este paciente pudo ser diagnosticado y tratado precozmente de una patología potencialmente mortal.