XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria
Caso multidisciplinar
Lesiones cutáneas faciales dolorosas, molestias oculares y visión borrosa que comenzaron el día anterior en la piscina y han ido en aumento.
Enfoque individual
AP: Mujer, 61 años, NAMC. Tratamiento crónico: Evista, Omeprazol.
Anamnesis: El día anterior acudió a la piscina climatizada notando un fuerte olor a cloro. Tras unos minutos en el agua comenzó con malestar en la garganta, picor ocular y facial por lo que abandonó las instalaciones. Los síntomas se agudizaron con sensación de visión borrosa por lo que acude para valoración.
E.F: Afebril.Normotensión. ACP,exploración neurológica, abdominal y extremidades sin hallazgos. Eritema intenso en región frontal (delimitada en esta zona por una línea recta que pudiera corresponderse con el borde del gorro de baño) periorbitaria y malar bilateral con microvesículas que sugiere quemadura. Enrojecimiento conjuntival con edema palpebral bilateral.
Se deriva Oftalmología para valoración urgente ante la visión borrosa aguda.
Oftalmología: Queratitis Punctata.
Enfoque Familiar
Buen apoyo familiar e interacción social. Regenta una empresa de limpieza.
Desarrollo
La paciente es diagnosticada de Dermatitis Irritativa y Queratitis Punctata secundaria a contacto con cloro.
Tratamiento
Pomada cicatrizante cutanea, pomada epitelizante en conjuntiva, tobramicina + dexametasona colirio tres veces al día. Hidratación intensa.
Evolución
Las lesiones cutáneas empeoraron apareciendo pequeñas úlceras, fisuras...pero con el trascurso de los días se logró la recuperación completa sin cicatrices residuales. La paciente continuó el tratamiento pautado y permaneció en situación de incapacidad temporal (su trabajo conlleva contacto con sustancias irritantes que pudieran empeorar el proceso) durante 17 días hasta la resolución del proceso.
La paciente dió parte a la autoridad competente de este suceso.
El cloro no solo produce daños en la piel sino también en uñas, pelo y en la respiración. La OMS aconseja que las piscinas se salinicen, evitando así estas lesiones, puesto que todos los spas están salinizados y hay menos patología de este tipo.
Se debe aconsejar el uso de cremas hidratantes, ducharse antes de entrar y al salir de la piscina, ponerse mascarilla protectora en el pelo y también el uso de pintura de uñas para minimizar el contacto con el cloro.