13-14-15 de noviembre de 2025
Al final del día, el médico de familia cierra la puerta de su consulta con los ojos cansados y la espalda un poco encorvada, cargando el peso invisible de tantas historias, emociones y demandas. Frente a él, una sucesión de pacientes que no solo necesitan cuidados físicos, sino también comprensión y apoyo emocional.
En la otra mitad de la escena, una mujer mayor sostiene con ternura a su marido dependiente, sentado en una silla de ruedas. Su abrazo, aunque firme, revela la fragilidad y el agotamiento silencioso que sufren quienes cuidan en casa.
Estas dos figuras, tan diferentes y a la vez tan parecidas, están unidas por un hilo invisible: la cadena del cuidado. Un lazo necesario que puede volverse asfixiante si no se reconoce la necesidad de cuidar a quien cuida.
La ilustración revela con delicadeza ese desgaste y esa entrega callada, invitándonos a reflexionar sobre que el cuidado no puede sostenerse sobre el abandono del que lo ofrece.
Esta comunicación busca promover el reconocimiento, la reflexión y la implementación de acciones que fortalezcan el cuidado integral de los cuidadores en todos los ámbitos, desde la práctica clínica hasta el entorno familiar. Además, apoyar la creación de programas de formación, apoyo psicológico y medidas de conciliación que favorezcan su salud y equilibrio.