XXIII Jornadas de Residentes y V de Tutores de la semFYC
22 y 23 de noviembre de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Disnea.
Antecedentes personales: HTA, DM2, TBC en la juventud tratada y curada
Anamnesis: Mujer de 79 años que acude a consulta de Atención Primaria refiriendo aumento de su disnea habitual hasta hacerse de reposo en los últimos 3 días. En los últimos meses: anorexia y pérdida de peso no cuantificada.
Exploración: Taquipnea leve, satO2: 92%, campo pulmonar izquierdo con murmullo vesicular disminuido, matidez a la percusión, y frémito vocal aumentado.
Se deriva a hospital de referencia donde realizan:
-EKG: ritmo sinusal a 85 lpm.
-Rx de tórax: Derrame pleural izquierdo sin descartar consolidación subyacente.
-Ecografía pulmonar de urgencias: banda hipoecoica entre ambas capas pleurales, de grosor variable y modificable con los movimientos respiratorios, más visible en zonas declives del pulmón
-Toracocentesis diagnóstico-evacuadora: obtiene 1 litro líquido de aspecto lechoso . Estudio líquido pleural compatible con Quilotórax.
-TAC de tórax y abdomen: Masa de 4,4 cm infiltrativa en mediastino posterior que engloba y desplaza anteriormente la aorta descendente, y también infiltra la vértebra D10.
Vive con cuidadora, precisa ayuda para algunas actividades de la vida diaria, sin deterioro cognitivo, deambula con andador.
Juicio Clínico: Quilotórax (secundario a la obstrucción del conducto torácico por la masa del mediastino posterior).
Diagnóstico diferencial: Derrames pleurales unilaterales ( neoplásicos, infecciosos, pseudoquilotórax).
Soporte dietético y tratamiento oncológico para disminuir el tamaño de la masa causante de la obstrucción del conducto torácico.
Es valorada por oncología y neurocirugía, descartándose probabilidad quirúrgica e iniciando radioterapia paliativa con mala evolución y posterior fallecimiento.
El quilotórax es una entidad que puede ser especialmente silente por dos motivos: (1) Se puede instalar sin causa evidente; y (2) Clínicamente puede existir sin desarrollar mayores manifestaciones; y, aunque las manifieste, ninguna es patognomónica. Debido a ello, y a los graves riesgos (incluso vitales) a los que puede exponer a quien lo padece, es que exige un elevado grado de sospecha en aquellos profesionales sanitarios que atenderán en un primer contacto a los pacientes que acudan aquejándolo: los de Atención Primaria.