XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Atención Primaria.
Mujer que aparece en la sala de espera para solicitar recetas de pañales para su marido de 80 años. «No te quiero molestar, es solo para la receta».
Enfoque individual
Antecedentes del marido: Autónomo. Hipertensión arterial, diabetes mellitus con última hemoglobina glicosilada de 7,3% con complicaciones microvasculares.
Conocemos al paciente, a quien nunca hemos recetado pañales, ni tiene incontinencia urinaria conocida.
Hacemos pasar a la mujer a la consulta. Interrogando, nos cuenta que su marido lleva 5 días con incontinencia absoluta urinaria, sin otra clínica miccional. Recomendamos que acuda el paciente a la consulta para ser valorado.
Reacude a mediodía. Entra a la consulta con muletas. Conocemos al paciente, a quien nunca hemos visto deambular con muletas. Interrogando, refiere inestabilidad de la marcha de dos meses de evolución, sin vértigo ni cefalea.
Neurológicamente solo hallamos marcha apráxica y claudicación leve de extremidades inferiores. Sensibilidad en las 4 extremidades y perineal conservada.
Dada incontinencia de inicio súbito, así como alteración de la marcha con claudicación de extremidades, derivamos al paciente a Urgencias Hospitalarias para valorar posibilidad de causa neurológica del cuadro.
En urgencias se le practica un TAC craneal que muestra pequeño infarto cortical frontal izquierdo sin poder descartar una cronología subaguda tardía.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Se orienta el cuadro como ictus isquémico en territorio de arteria cerebral anterior izquierda subagudo.
Tratamiento y planes de actuación
Es dado de alta con atorvastatina 80 mg/día y ácido acetil salicílico 100 mg/día.
Evolución
Una vez en el domicilio, el paciente recibe tratamiento por parte del fisioterapeuta con mejoría del trastorno de la marcha.
Ante la carga asistencial que sufrimos día a día, es fácil caer en prácticas para ahorrar tiempo como validaciones de medicación automáticas. Tenemos la gran virtud de conocer a los y las pacientes a quienes atendemos, y debemos escuchar aquellas señales que nos llamen la atención. ¿Pañales? ¿Muletas?
Este caso ejemplifica la relevancia que aportan valores de la Atención Primaria como son la longitudinalidad, accesibilidad, integralidad y coordinación para minimizar la morbimortalidad de las personas y refuerza el valor de la visita presencial por encima de la virtual o telemática —o a través de representantes—. Mejor que venga.