Atención Primaria y Servicio de Urgencias.

Lesiones por arma de fuego con proyectiles de plomo.

Enfoque individual

Hombre de 63 años con insuficiencia mitral moderada-severa que estando de cacería con los amigos recibe, accidentalmente, un disparo frontal de escopeta de perdigones (proyectiles de plomo menores de un milimetro) a doce metros de distancia. Valorado en urgencias con buen estado general, estable y sin hemorragias externas, con varias lesiones sobreelevadas con hematoma circundante en cara y cuello, además de lesiones puntiformes en tórax y piernas. El escáner evidencia múltiples perdigones superficiales (al menos catorce) con leves hematomas superficiales, de predominio en región periorbitaria inferior derecha y cuello anterior, sin signos de afectación de estructuras profundas. Se desestima la extracción quirúrgica del material dado el elevado numero de proyectiles, su tamaño reducido y la ausencia de complicaciones y se pauta amoxicilina clavulánico profiláctico. El paciente acude a nuestra consulta para control tras el alta Hospitalaria

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Al tratarse de proyectiles de plomo, se nos plantea el riesgo de intoxicación por plomo por absorción del metal pesado.

Tratamiento y planes de actuación

Revisamos la bibliografía al respecto y solicitamos una plumbenia inicial, otra en seis meses y posteriormente hemograma anual.Explicamos al paciente los síntomas de sospecha de intoxicación por plomoEl riesgo de intoxicación por plomo tras perdigonada es muy bajo, solo a medio-largo plazo y si alguno de los perdigones se localiza en una articulación o discos intervertebrales. Su extracción suele ser compleja y traumática por lo que habitualmente no se realiza. Con perdigones superficiales el riesgo de intoxicación por plomo es mínimo y es suficiente un control con hemograma anual y en caso de duda o clínica sugestiva pedir plumbemia. Es fundamental que el paciente sepa reconocer la clínica sospechosa de saturnismo.

Evolución

Las lesiones evolucionaron favorablemente, sin precisar posterior extracción del material extraño. La plumbemia fue disminuyendo.

El riesgo de intoxicación por plomo tras perdigonada es muy bajo, solo a medio-largo plazo y si alguno de los perdigones se localiza en una articulación o discos intervertebrales. Su extracción suele ser compleja y traumática por lo que habitualmente no se realiza. Con perdigones superficiales el riesgo de intoxicación por plomo es mínimo y es suficiente un control con hemograma anual y en caso de duda o clínica sugestiva pedir plumbemia. Es fundamental que el paciente sepa reconocer la clínica sospechosa de saturnismo.