XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Unidad domiciliaria
Caso multidisciplinar
Aislamiento total
Enfoque individual
Mujer de 40 años. AP: Osteoporosis. Depresión, rasgos de personalidad límite. Fatiga crónica severa (>20 años de evolución).
Sensibilidad química múltiple (inhalatoria, digestiva, dérmica, magnética y de ondas) desde 2010. No tolera fármacos ni ambientes con vapores de sustancias químicas u ondas. Se comunica con mensajes de texto. En 2014, pierde trabajo con imposibilidad de mantenerse económicamente e inicia aislamiento parcial; es valorada por psiquiatría, desestima ingreso y por orden judicial es desahuciada y trasladada a centro de acogida social transitorio, donde vive desde hace 2 años sin resolverse el tema vivienda.
Refiere desde entonces, crisis periódicas de dolor generalizado severo, debilidad con pérdida de fuerza súbita, sudoración excesiva, pérdida de memoria, concentración, varias alteraciones neurovegetativas. EF: Palidez, caquexia, déficit de tono muscular simétrico en miembros inferiores, no camina, usa sillas de ruedas. PC: Análitica: hipoproteinemia, déficit de vitamina-D, anticuerpos para enfermedades autoinmunitarias, intolerancias alimentarias y virus; todos negativos.
Enfoque familiar
Española sin soporte informal. Familia disfuncional, antecedentes de violencia y suicidios.
Desarrollo
Brote SQM, enfermedad reumatológica/neurológica no diagnosticada agravada por enfermedad psiquiátrica no tratada, sociopatia grave.
Identificación de problemas: desnutrición, vivienda sin condiciones óptimas (barreras arquitectónicas, personal no idóneo, carencias higiénicas, incomunicación), falta de asistencia médica especializada e imposibilidad de ampliar estudio.
Tratamiento
Fitoterápicos, seguimiento clínico y analítico. Interconsultas a unidad de SQM, reprogramación amigdalar, rehabilitación domiciliaria.
Evolución
Solicita atención domiciliaria pero se niega a asistir a especialistas, alega que el sitio no está adaptado para recibirle. Rechaza vivienda social por no reunir condiciones óptimas para su enfermedad. Todo esto genera problemática severa en centro de acogida por no estar equipado para pacientes. Los directivos convocan dos reuniones interdisciplinares [médico de família(MF)+dirección centro de acogida+trabajadora social+unidad de salud mental domiciliaria]
Dada la relación de confianza instaurada con MF, accede a valoración psiquiátrica conjuntamente. Se realizan tres visitas, descartando patología aguda. Se informan resultados al equipo multidisciplinar, la paciente acepta volver a tener diálogo cordial con servicios sociales; actualmente está pactando piso tutelado, las crisis se toleran mejor.
La atención domiciliaria permite hacer una valoración integral del paciente, individualizada, ampliando el dialogo con otras especialidades y disciplinas para encontrar la resolución de casos complejos.