XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria y Urgencias-UCI.
Caso multidisciplinar.
Paciente mujer de 55 años de edad, con antecedentes de HTA e hipotiroidismo subclínico que consulta en tres ocasiones en dos días consecutivos por cuadro catarral (disfagia, fiebre hasta 38ºC, mucosidad).
Enfoque individual
En la primera consulta se diagnosticó de Faringitis aguda, siendo tratada con azitromicina, paracetamol y metamizol. Tras no observar mejoría, acude a urgencias del tercer nivel, donde se le trata con metamizol intramuscular y aconsejan mismo tratamiento oral. En la tercera ocasión, deterioro del estado general. Tensión arterial: 100/60 mmHg.; Frecuencia cardíaca: 140 lpm y Saturación de 02: 89%. Destaca en el hemograma: 250 leucocitos/ml, de éstos, 40 son neutrófilos.
Enfoque familiar
No procede.
Desarrollo
La paciente ingresa en UCI por cuadro de shock séptico de posible origen respiratorio, fracaso multiorgánico, coagulopatía e insuficiencia renal aguda (escala RIFLE: lesión). Tras 25 días en UCI pasa a planta durante 21 días más, siendo dada de alta con el diagnóstico de:
Shock séptico de probable origen respiratorio con disfunción multiorgánica.
Neutropenia severa por metamizol.
Insuficiencia renal aguda.
Polineuropatía de paciente crítico.
Tratamiento
Observación tras fluidoterapia y soporte vital, alta y revisión en Centro de Salud.
Evolución
Buena, esta paciente tuvo mucha suerte.
La neutropenia inducida por metamizol es una rara pero muy seria reacción adversa; de tipo B, es decir, aquella reacción independiente de la acción farmacológica (no dosis dependiente) que no se puede predecir, de incidencia baja (3,46 casos/106 habitantes/año) y una alta morbimortalidad (mortalidad entre el 10-25%).
Por dicho motivo, hay que ser cautos a la hora de su prescripción, ya que en muchos casos es difícil identificar si la infección en curso fue causa de la neutropenia o si la neutropenia fue causa de la infección ya que los síntomas mayores de neutropenia, como odinofagia, fiebre, escalofríos, infecciones severas o shock séptico pudieron ser la consecuencia del uso del medicamento sospechoso.
De hecho, el uso de la dipirona (metamizol) está prohibido en más de 20 países, entre ellos Estados, Unidos, Reino Unido y Suecia, (¿predisposición genética en esta población?).