Punto de Atención Continuada.

Desorientación.

NAMC, sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés.

Paciente de 6 años. Según refiere la madre, su hija ha comenzado a comportarse de un modo extraño desde hace 30 minutos. La paciente se encuentra nerviosa, inquieta, con diálogo incoherente y risueña. Refiere tener hormigas en manos y piernas. Está desorientada, no sabe explicarnos dónde está, no reconoce a sus hermanos. La madre está muy asustada, nunca había visto a su hija comportarse de esa forma. Hace unas 3 horas han estado en oftalmología, donde le han aplicado un colirio para el estudio del fondo del ojo.

Afebril, TA: 87/50, SatO2: 100%. Buen estado general. Leve deshidratación de mucosas, piel normocoloreada. No exantemas. ACP normal. ORL: lengua pastosa. Abdomen: sin signos de irritación peritoneal. NRL: poco colaboradora en la exploración. Reactiva, Glasgow 15/15. Pupilas midriáticas. Desorientación en las tres esferas. Alucinaciones visuales. Sin focalidad neurológica. Signos meníngeos negativos.

No fueron necesarias pruebas complementarias.

Es importante empatizar con la madre, explicarle la causa de la desorientación de su hija y hacerle ver la benignidad del proceso.

Juicio clínico: síndrome confusional agudo ocasionado por el efecto sistémico del colirio ciclopentolato.

Diagnóstico diferencial: enfermedad psiquiátrica, síndrome encefálico, consumo de tóxicos-fármacos, neoplasias. 

Identificación de problemas: el efecto secundario tras el uso del colirio es muy frecuente también en ancianos, donde es más complicado llegar hasta el diagnóstico final sin realizar pruebas complementarias previas o administrar tratamientos innecesarios.

No fue necesario.

En observación durante 2 horas; el cuadro fue remitiendo. Al día siguiente fue valorada por su pediatra, el cuadro había desaparecido por completo.

El interés de este caso clínico está en conocer la posibilidad de aparición de los efectos sistémicos que pueden surgir tras la administración del colirio ciclopléjco (ciclopentolato al 1%) mediante absorción de mucosa conjuntival. Las reacciones son más frecuentes en sujetos predisponentes (niños y ancianos). Aparecen efectos secundarios propios de los anticolinérgicos como son la sequedad de piel y mucosas, hipotensión, alteraciones de la conducta, de la percepción, del habla, alucinaciones, etc. El profesional de Atención Primaria debe conocer esta posibilidad y saber manejar el caso.