XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención primaria
Caso multidisciplinar.
Fiebre y disconfort centrotorácico en contexto de cuadro respiratorio de 15 días de evolución.
Enfoque individual
Atecedentes personales:Exfumador, Síndrome depresiva.
Anamnesis: Hombre de 63 años con cuadro respiratorio de 15 días de evolución, fiebre 38'5ºC desde hace 24 horas, disnea, disconfort centrotorácico intermitente no opresivo, sin relación con el esfuerzo ni la tos pero sí con los picos febriles.
Exploración: Tª 38.3ºC, Sat 99%, FR 36x’, FC 100x’, TA 134/72mmHg. AC: rítmico, sin soplos. No IY ni RHY. AR: MVC sin ruidos sobreañadidos.
Pruebas complementarias: ECG: Ritmo sinusal 85x’. Bloqueo de rama derecha con elevación del ST en V2 y ligero en V1, no presente en ECGs previos.
Enfoque familiar
Divorciado, con un hijo. Sin deterioro cognitivo.
Desarrollo
Ante los hallazgos del ECG se sospecha posible Síndrome de Brugada asociado con la fiebre.
Se remite al hospital donde se repite ECG con persistencia del bloqueo de rama derecha, elevación del ST en V1-V2 (aleta de tiburón) y troponinas negativas. Se orienta como Síndrome de Brugada tipo II desencadenado por el estrés (fiebre) en contexto de bronquitis aguda.
Tratamiento
Se intensifica tratamiento antipirético junto con tratamiento broncodilatador para la bronquitis aguda, con lo que el paciente queda afebril, y normalización del ECG. Se remite el paciente a consultas de Cardiologia.
Evolución
Valorado en Cardiología por el Dr.Brugada, se confirma el dianóstico de Síndorme de Brugada tipo II, recomendando seguimiento anual sin test de provocación y toma de antipiréticos ante un cuadro febril. En controles posteriores, el paciente ha presentado ECGs seriados sin alteraciones ni reaparición de la clínica.
El Síndrome de Brugada es una entidad poco frecuente, habitualmente infradiagnosticada, con baja prevalencia, aproximadamente 5/10.000 habitantes. Es causante de arritmias ventriculares y muerte súbita en pacientes sin cardiopatía estructural evidente. La edad de presentación de los síntomas, especialmente muerte súbita, es alrededor de la cuarta década, permaneciendo la mayoría asintomáticos hasta el evento cardiológico.