Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
21 y 22 de abril de 2023
Enfoque individual
Mujer de 66 años.
Antecedentes relevantes:
Exploración neurológica: Pérdida sensorial en guante y calcetín. Reflejos presentes. Sin otros hallazgos de interés.
Se solicitó analítica para completar estudio:
Analítica de sangre: Hemoglobina 11.8 g/dL, resto del hemograma sin alteraciones. Ferritina 7,24 ng/mL (12-150 ng/mL). Resto sin alteraciones.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Diagnóstico diferencial: progresión de la neuropatía vs síndrome de piernas inquietas (SPI).
Dado que la paciente no recibía QT desde 2016 y que las disestesias cumplían criterios de SPI* se optó por el diagnóstico de SPI, en este caso asociado a ferropenia sin anemia +/- neuropatía periférica.
Criterios del International Restless Legs Syndrome Study Group:
Necesidad de mover las piernas que:
Se acompaña de sensaciones molestas y desagradables en las piernas
Empieza o empeora durante los períodos de descanso
Se alivia con el movimiento
Tratamiento y planes de actuación
Se inició ferroterapia vía oral.
Evolución
Al mes del inicio la paciente refería mejoría de la sintomatología nocturna.El diagnóstico de SPI puede ser complicado porque se solapa con otras alteraciones sensitivas de predominio nocturno, como la neuropatía periférica.
La ferropenia y la neuropatía periférica son causas de SPI secundario, aunque éste también se puede presentar de forma aislada. Al diagnóstico es importante solicitar ferritina.
El SPI puede causar insomnio. Si la hay, es importante tratar la causa.