XXXIV Congreso de la semFYC - Gran Canaria
del 12 al 14 de junio 2014
ÁMBITO DEL CASO
Atención primaria.
Caso multidisciplinar.
MOTIVOS DE CONSULTA
Dolor cervical y adormecimiento de lengua.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Antecedentes personales: No antecedentes personales de interés. Padre fallecido hace un año.
Anamnesis: Mujer de 20 años que acude por cervicalgia, adormecimiento de lengua, pérdida de fuerza en manos y temblor ante mínimos esfuerzos de dos semanas de evolución.
Exploración: Consciente y orientada. Angustiada por miedo a enfermar. Auscultación cardiorrespiratoria, ORL y abdomen normales. Dolor en apófisis espinosas C5-C6. PINR. Pares craneales normales. Fuerza conservada 5/5 en MMSS y MMII. Signos meníngeos negativos.
Pruebas complementarias: Analítica con serología luética, TSH y radiografia de columna cervical normales. Inicio de tratamiento con hidroxil y derivación a neurología.
En servicio de neurología sospechan síndrome lengua-cuello, solicitan RNM columna cervical y analítica con folato, vitamina B12, ANA, anti-Ro, anti-La y anti-DNA, todo normal.
Enfoque familiar
Buen apoyo familiar, aunque la madre reconoce no haber afrontado el duelo por miedo a que el recuerdo le haga daño a su hija.
Desarrollo
Juicio clínico: Síndrome ansioso-depresivo con somatización secundario a duelo patológico.
Diagnostico diferencial: Síndrome lengua cuello, pinzamiento cervical, síndrome ansioso depresivo, trastorno adaptativo, duelo patológico y mielopatía cervical.
Identificación de problemas: No identificación temprana del duelo patológico por no haber realizado previamente una adecuada entrevista motivacional.
Tratamiento
Tratamiento: Psicoterapia. Pautas para afrontar el duelo. Inicio de tratamiento médico con ISRS y BZD.
Plan de actuación: Derivación a psiquiatría. Citación mensual en nuestra consulta.
Evolución
A los tres meses se encuentra más animada para continuar con su actividad diaria y habla de su padre con normalidad.
CONCLUSIONES
La falta de tiempo y presión asistencial nos impide realizar una correcta anamnesis y olvidamos la importancia de la entrevista motivacional. De habernos detenido a hablar con la paciente sobre, cómo se sentía desde la muerte de su padre, no hubiésemos tardado tanto tiempo en detectar el origen de la clínica, hubiera iniciado el tratamiento antes y habría resuelto el duelo con menor dificultad.