III Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
6-7 de junio de 2025
Atención Primaria.
Hombre de 45 años con antecedentes personales de hemocromatosis hereditaria (homocigoto C282Y) y leucemia mieloide aguda (tratada con quimioterapia en 2004). No alergias medicamentosas ni hábitos tóxicos. Acude a consulta del centro de salud por fiebre de hasta 39 °C de 5 días de evolución, predominantemente vespertina con astenia marcada, taquicardia en reposo, insomnio y dolor cervical anterior. No dolor torácico ni disnea asociada. No tos. No náuseas ni diarrea.
Enfoque individual
Se solicita analítica y serologías con discreta leucocitosis 11.000, PCR 107, VSG 24, TSH 0.02, T4L 2,3 y positividad para mycoplasma pneumoniae en la serología. Dada persistencia de sintomatología tras 48 horas junto con resultados analíticos se deriva al paciente a Urgencias hospitalarias.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En urgencias, se realiza nueva determinación de hormonas tiroideas (TSH < 0,008, T4L 2,77), electrocardiograma (ritmo sinusal a 75 lpm, eje a 60°, onda T negativa en lll y aVF ya conocida, sin otras alteraciones agudas en la repolarización) y radiografía de tórax (índice cardiotorácico normal, senos costofrénicos libres, sin consolidaciones ni alteraciones agudas del parenquima pulmonar).
Tratamiento y planes de actuación
Se diagnostica de tiroiditis subaguda de quervain iniciándose corticoterapia con prednisona 30 mg/día y propranolol 10 mg/8 horas hasta revision con endocrinología donde se deriva de manera preferente, y analgesia.
Evolución
Evolución favorable posterior.
La tiroiditis subaguda de De Quervain debe considerarse ante la presencia de fiebre, taquicardia y dolor cervical anterior en pacientes sin signos claros de infección. En Atención Primaria, una valoración clínica dirigida junto con la solicitud de perfil tiroideo puede ser clave para orientar el diagnóstico precoz. Esto permite iniciar tratamiento de forma rápida, reducir el malestar del paciente y evitar pruebas innecesarias o derivaciones urgentes, reforzando así el papel resolutivo del primer nivel asistencial.