ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
MOTIVO DE CONSULTA
Sensación de quemazón intermitente en boca que no asocia a ningún alimento.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Mujer, 48 años, fumadora, sin alergias conocidas. Como único antecedente personal relevante un plastrón inflamatorio en fosa ilíaca derecha que no precisó cirugía.
Acude a consulta tras notar en los últimos meses sensación de quemazón intermitente en boca que no asocia a ningún alimento.
La exploración física es normal y no presenta lesiones en mucosa oral ni infecciones. Se solicita una analítica (que no muestra alteraciones significativas) y se a deriva a Otorrinolaringología para un estudio más completo.
Enfoque familiar
No refiere antecedentes familiares reseñables, ni la exposición a nuevas sustancias que pudieran explicar el caso.
Diagnóstico diferencial
Es una paciente que presenta una sensación de ardor en boca sin asociación aparente a ningún alimento ni fármaco que pudiera explicarlo. Ante esto puede establecer las siguientes hipótesis: problemas dentarios, infecciones de la cavidad oral, Sjogren, sialolitiasis, ERGE, anemias, alergias, psicosomático.
Tratamiento
En Otorrinolaringología realizan pruebas de medición de saliva que arrojan unos valores ligeramente disminuidos, una Ph-metría esofágica, que descarta ERGE y un TAC que descarta otras patologías como causa subyacente. Se diagnostica Síndrome de Boca Urente Idiopático con recomendación de dejar el tabaco y el uso de pilocarpina oral para incrementar la secreción salivar.
Evolución
En revisiones posteriores, la paciente manifiesta mejoría de la sintomatología, no siendo capaz de abandonar el tabaco.
CONCLUSIONES
El síndrome de boca urente es una patología muy frecuente de origen no filiado que afecta fundamentalmente a mujeres en torno a 50 años. Se caracteriza por la sensación de ardor o escozor en la cavidad oral, que se incrementa a lo largo del día, aunque respeta el sueño. Puede manifestarse también como un síntoma de enfermedades cutáneas y sistémicas que habría que descartar en primer lugar.
Dentro de las posibles causas para dicho síndrome se cuentan infecciones, malposición de piezas dentales, déficit de algunos nutrientes, alteraciones en la salivación o hábitos tóxicos. Como opciones terapéuticas se han establecido el uso de antidepresivos tricíclicos y el uso de fármacos que mejoren la salivación, así como evitar tóxicos y terapia cognitivo-conductual.