Comunicaciones: Casos clínicos

Trastorno de la conducta alimentaria como manifestación de la violencia de género (póster)

ÁMBITO DEL CASO

Atención Primaria

MOTIVOS DE CONSULTA

Trastorno de la conducta alimentaria (TCA).

HISTORIA CLÍNICA

Enfoque individual

Paciente de 35 años con antecedentes de TCA de larga evolución. Períodos de recaídas intercalados con períodos de mejoría. En una de las visitas de revisión se encuentra muy ansiosa. Tras una larga entrevista cuenta que desde los 17 años está sufriendo malos tratos por parte de su pareja, y que éste es el desencadenante del TCA. En las últimas semanas está siendo amenazada, tanto ella como su hija, por lo que se encuentra peor. Tiene miedo de salir a la calle sola, por lo que siempre va acompañada por su madre o por amigos.

Enfoque familiar

Familia monoparental en fase IIA del ciclo vital familiar (Extensión: desde que nace el primer hijo hasta que cumple 11 años), con parientes próximos. Vive con su hija de 9 años. Su madre vive en la misma ciudad. Buen apoyo social y familiar. Tras finalizar su carrera, tiene trabajo, que desempeña adecuadamente.

Desarrollo

Ansiedad secundaria a violencia por su expareja. Empeoramiento del TCA. Insomnio.

Tratamiento

Desde la consulta de Atención Primaria trataremos los síntomas que vaya presentando durante el proceso. Además prestaremos apoyo psicológico dentro de nuestras posibilidades, derivando a atención especializada cuando sea necesario (nuestra paciente lo rechazó en un principio por mala experiencia previa).

Evolución

La paciente ha presentado denuncia. Actualmente orden de alejamiento a su expareja hacia ella y su hija. Se encuentra inmersa en procedimiento judicial, lo que le aumenta la ansiedad. Pendiente de valoración por Equipo de Salud Mental. Sigue rechazando grupos de apoyo por malas experiencias, buscando ayuda en amigos y familiares.

CONCLUSIONES

Es muy frecuente relacionar la violencia de género con mujeres de bajo nivel social o educativo. Como médicos de familia no nos podemos olvidar de que hay otro grupo de mujeres que, a pesar de no cumplir con el perfil, sufren violencia de género, tanto psíquica como física. Estas mujeres puede que no pidan ayuda. Por eso es muy importante que desde la consulta pensemos en ello ante el más mínimo signo de alarma y las podamos ayudar a expresar sus problemas como primer paso para solucionarlo.

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