XXXIII Congreso de Comunicación y salud
del 25 al 27 de abril 2024
Atención Primaria.
Epigastralgia.
Enfoque individual
Mujer, 59 años, italiana, residente en España desde hace 5 años. Ama de casa. Vive con su marido. Refiere epigastralgia y pirosis de años de evolución, que no han mejorado a pesar de medidas higienicodietéticas y tratamiento con inhibidores de la bomba de protones a altas dosis. Se ha descartado infección por Helicobacter pylori, cardiopatía y otras etiologías. Damos una cita larga para profundizar en su malestar.
Enfoque familiar y comunitario
Marido paciente de nuestro cupo, 63 años, padece esclerosis múltiple. Independiente, acude regularmente a consulta, viene solo, aunque nunca ha nombrado a su mujer.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En la cita larga tratamos de que la paciente explique su dolor. Cuenta que últimamente ha descubierto que aparece en estrecha relación a aumento de estrés, principalmente en relación con su marido. Ella hace siempre las labores del hogar, no se siente muy valorada por él y este no tiene interés en hacer actividades fuera de casa, como a ella le gustaría. Esto genera numerosas discusiones, en las que aparece el dolor epigástrico, que se calma tras relajarse unos minutos.
Tratamiento y planes de actuación
Le agradecemos que nos haya contado su situación y hablamos acerca de diferentes alternativas para mejorar su disfrute personal. Entre ellas, la animamos con uno de sus propósitos: regresar a Italia a pasar la Navidad con su familia. Además, reforzamos las medidas higienicodietéticas que ya habíamos recomendado en su momento.
Evolución
Tras la Navidad, la paciente regresa a consulta, un mes después de la visita anterior. Refiere mejoría en su situación doméstica, dado que está realizando actividades fuera de casa casi todos los días. Además, durante su visita familiar a Italia, no ha presentado clínica de epigastralgia ni pirosis.
Emplear habilidades comunicativas, así como el tiempo y el esfuerzo que esto requiere, puede suponer una mejoría del malestar de nuestros pacientes, más allá del tratamiento farmacológico que estamos acostumbrados a implantar. Además, el conocimiento de los miembros de un núcleo familiar nos aporta información valiosa sobre la salud y la patología de nuestros pacientes.