XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención primaria.
Caso multidisciplinar
Lesión costrosa en mejilla izquierda, sangrante y con crecimiento en las últimas semanas.
Enfoque individual
Mujer de 101 años, dependiente para casi todas las ABVD, movilidad en silla de ruedas, AP de insuficiencia cardiaca con oxígeno domiciliario. Durante un ingreso prolongado por descompensación de su insuficiencia cardiaca, realizan interconsulta a Dermatología por gran aumento de la lesión durante su estancia en el hospital acompañando sangrado de esta. En la exploración física: lesión vegetante, de bordes irregulares, con material fibrinoso y algún punto sangrante de unos 3 cm en región malar izquierda compatible con cáncer de piel no melanoma.
Enfoque familiar y comunitario
Paciente anciana, vivía con su familia toda la vida en el mismo lugar. Muy buen soporte familiar, limitación para la movilidad pero con ayuda todo el día de sus hijos.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Posible carcinoma epidermoide versus queratoacantoma (tras valorar a la paciente y dada la ausencia de pruebas complementarias, nos guíamos por las características macroscópicas de la lesión). Puesto que dermatología se había negado a tratamiento dada la edad de la paciente y su situación basal, y dado la demanda de la paciente y sus familiares con el sangrado que causaba gran ansiedad, acordamos realizar como crioterapia, explicando la técnica y los posibles resultados esperables de la misma.
Tratamiento y planes de actuación
Se administraron cuatro sesiones de crioterapia intensiva, según criterios de lesión maligna de este tipo cada dos-tres semanas. En cada sesión se realizaba curetaje de la zona. La paciente refería que el dolor era soportable sin precisar analgesia en domicilio y con disminución de la ansiedad de la paciente observando mejoría.
Evolución
Mejoría notable de la lesión con disminución de la tumoración casi por completo.
La consulta de atención primaria es la única en la que podemos ofrecer a los pacientes una atención accesible, integral, longitudinal, ponderando riesgo beneficio de cualquier terapia y haciendo prevalecer la calidad de vida de nuestros pacientes, sobre todo la población más crónica y anciana. Siempre debemos valorar una alternativa (si disponemos de ella), como en este caso la crioterapia que mejoró la calidad de vida de nuestra paciente en sus últimos meses de vida.