XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Servicio de urgencias.
Traumatismo craneal.
Enfoque individual
Antecedentes personales: NAMC. No antecedentes médicos o quirúrgicos de interés.
Anamnesis: paciente traído por 061 por traumatismo craneoencefálico accidental en domicilio (se le cae la televisión en la cabeza). Presenta buen nivel de conciencia inicial pero sufre deterioro posterior en urgencias, presentando vómitos y disminución del nivel de conciencia, por lo que es intubado y se procede a sondaje orogástrico. Se aprecia rinolicuorrea y otolicuorrea con cese espontáneo. El paciente ingresa en neurocirugía infantil.
Exploración: Escala de Glasgow a su llegada: 15/15, con tendencia al sueño aunque reactivo a estímulos; posteriormente Glasgow 8/15. Rinolicuorrea y otolicuorrea. Se aprecia parálisis facial periférica derecha leve. Hematoma frontal. Resto de exploración anodina.
Pruebas complementarias: TC craneal: fractura de pared lateral, techo y lámina papirácea de la órbita izquierda. Base de órbita izquierda con fractura sin herniación. Fractura de pared medial de órbita derecha. 2 fracturas frontales izquierdas. Fractura de celdillas etmoidales. Fractura occipital derecha que se extiende a peñasco y pared externa del canal del nervio óptico derecho. Electroneurograma de nervios faciales: neuropatía axonal de nervio facial derecho ligero.
Enfoque familiar
Familia disfuncional: el paciente convive con su madre.
Desarrollo
Juicio clínico: Traumatismo craneoencefálico severo con fracturas craneales múltiples. Parálisis facial periférica del VII par derecho.
Tratamiento
Intervenido por parte de neurocirugía.
Plan de actuación: Revisión por ORL para estudio auditivo y por neurocirugía infantil con electroneurograma.
Evolución
Buena evolución desde su alta de planta. Cefalea con buen control analgésico. Parálisis facial periférica leve que ha mejorado desde el ingreso. Se ha mantenido en reposo sin nuevos episodios de rino u otolicuorrea.
Destacar la importancia del médico de familia a la hora de conocer los signos de alarma en relación con el deterioro neurológico, para poder actuar con agilidad en situaciones en las que un paciente previamente estable desde el punto de vista neurológico, sufra un empeoramiento brusco del nivel de conciencia u otros signos neurológicos.
Saber identificar signos de alarma tales como en este caso la otorrea, que sugiere fractura a nivel de peñasco.