XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria. Urgencias Hospitalarias.
Caso multidisciplinar.
Úlcera en dedo del pie.
Enfoque individual
Paciente de 84 años con antecedentes de diabetes mellitus insulin-dependiente con mal control metabólico de larga evolución. Acude a consulta porque la noche anterior se ha visto una úlcera en cuarto dedo de pie pie derecho. Se incian curas con dermisone triantibiótica e iruxol cada 48 horas. Después de un mes, la úlcera presenta mala evolución, adquiriendo grado de necrosis y extendiéndose a tercer dedo. Eritema y aumento de temperatura local en zona perilesional. Se indica tratamiento antibiótico durante una semana. Acude a revisión, y al no mejorar se decide derivar a urgencias hospitalarias para valoración por vascular.
En informe de vascular: úlcera en tercer dedo con necrosis seca con interfase húmeda en base con necrosis seca de pulpejo de cuarto dedo. Edema del pie con cierta linfangitis del cuarto dedo. Obliteración femoro-poplítea bilateral.
Enfoque familiar
Paciente en última fase del ciclo vital familiar, viuda desde hace años. Independiente para las actividades de la vida diaria. Vive sola. Tiene un hijo, casado y con dos hijos, que viven en la misma localidad, cubriendo sus necesidades cuando es necesario. Ayuda formal para las tareas domésticas. Buena red familiar y social.
Desarrollo
Pie diabético, necrosis seca de cuarto dedo.
Tratamiento
Incluyen en registro de demanda quirúrgico para amputación. Tratamiento antibiótico con levofloxacino y clindamicina. Curas cada 48 horas con betadine. Analgesia si dolor.
Evolución
Realizan amputación abierta de cuarto dedo y realizan bypass femoro-poplíteo. Seguimiento por enfermería y curas con iruxol cada 48 horas del lecho de amputación, con buena evolución.
En los últimos años el tratamiento de úlceras tanto vasculares como por presión, ha sido competencia de enfermería, por lo que la mayoría de los médicos de familia están desactualizados en dichos tratamientos.
Actualmente, tras el decreto 36/2009 de 21 de julio, los médicos de familia son los encargados de la prescripción de los tratamientos para las úlceras, por lo que tienen que actualizar sus conocimientos sobre estos temas.